Hace algunos pocos años, existía la creencia de que los perros miraban en blanco y negro, concepción esta que fue desmitificada; no obstante se ha descubierto que hay muchos seres humanos que si tienen tal limitación. La deficiencia visual en mención viene acompañada de un fenómeno extraño, esto es, se ha intensificado de forma preocupante en nacionales colombianos, los cuales no solamente no tienen la capacidad de discernir más allá de los dos colores sino que además esta discapacidad hace que sus ojos estén enfocados siempre hacia la derecha y la ultraderecha, sin permitir que puedan girar los mismos hacia el centro y mucho menos hacia la izquierda.
Lo anteriormente dicho lo ha ratificado la experiencia. Es tanto así que en los últimos días se ha pensado que este peligroso mal es contagioso y cada vez más dañino.
“Si no es Blanco es Negro, si no es Uribe es Santos”. La premisa presentada toma sustento en innumerables discusiones entre colombianos donde los de un lado del pleito piensan o asimilan inmediatamente y sin constatar, que el hecho de NO apoyar la guerra interna convierte a los coterráneos que están en esta discrepancia en “santistas guerrilleros castro-chavistas de las far”. Tenemos entonces que son aquellos que hacen tal juicio y prejuicio los que están afectados con el que denominare “el mal ocular del perro”, pues si no es de ellos es de aquellos.
El mal ocular del perro adquiere complejidad en el entendido de que quienes lo poseen, comienzan a carecer de un sentido lógico de la percepción de la realidad, impidiendo tener siquiera el más mínimo pensamiento dirigido a plantearse que sus contradictores, no siempre son santistas o castro-chavistas y mucho menos guerrilleros, sino que simplemente están en contra de la guerra y que pueden tener otras maneras de pensar, que prefieren la PAZ y la VIDA, (estos últimos si suelen pensar) y que discrepan con todos los actores del conflicto, incluyendo a la guerrilla, a las AUC, al CD, al gobierno actual, entre otros.
La rareza de esta enfermedad se agudiza bajo el entendido de que no todos los que están en contra de la guerra son santistas y mucho menos guerrilleros castro-chavistas, sino que son personas con un pensamiento propio y coherente, pero todos los que padecen el mal, es decir, que apoyan la guerra de forma obstinada, si son uribistas.
Otro síntoma que indica que se porta y se padece la enfermedad, es la pérdida de memoria, se olvidan las cifras y se embrutece el pensamiento, pues pretenden que haya menos muertos a punta de bala. Olvidan que en el gobierno uribista murieron muchísimos más soldados y civiles que en el presente, que además se dieron los falsos positivos, muchísimos más desplazamientos forzados, que las desmovilizaciones paramilitares fueron una farsa, que durante las negociaciones con las AUC se continuo con las matanzas y los actos barbáricos por parte de esta organización, que la corrupción creció alarmantemente, que el ministro de defensa de aquel entonces fue Santos, y que gran parte de funcionarios del gobierno Uribe están pagando prisión o siendo investigados por corrupción.
Por ultimo diré que ni Santos ni Uribe son la solución. ¡Uribe al parecer tiene rabo de paja, de paja bien seca e inflamable! y se contradice constantemente, mientras Santos ha demostrado falta de idoneidad, carácter y competitividad además de que fue uribista acérrimo, solo que ahora quiere el mando en solitario. En definitiva estos dos representantes de la derecha, buscan distraer las miradas y dar a entender al pueblo erróneamente, que solo ellos existen para así lograr sus propios intereses, intereses que son muy similares y perpetuarse en el poder. ¿Estamos acaso de vuelta a la época del bipartidismo?
Entonces: ¿Por qué no mirar al otro lado?, tal vez y muy probablemente allí están las soluciones.
