“El Doble “ es la segunda obra literaria escrita por Fiodor Dostoyevski. Es una novela corta publicada en el año 1846 y que nos inunda con acontecimientos que enmarcan el fracaso y la desesperanza. El señor Yakov Pétrovich Goliadkin —protagonista de la novela— es un modestísimo empleado público que acumula una neurosis obsesiva y que en el cenit de una elocuente manía persecutoria, desarrolla el desdoblamiento de su delirante personalidad.
En esta novela pretende el genial escritor Ruso resaltar lo que Robert L. Stevenson llamaría “ La fundamental dualidad del hombre” y que es ni más ni menos el proceso de desdoblamiento que se produce en aquellos seres cuando ponen su “yo” por encima de la ley humana. En “El Doble" se puede palpar el terreno propicio sobre el cual estas neurosis suelen prosperar y que terminan por convertirse en monstruosas obsesiones, favorecidas estas por acciones circunstanciales que retratan la vocación maligna de algunos seres y que pueden desarrollarse en terrenos y oficinas que se usen como laboratorios de ruines tragedias.
Hago este comentario a raíz del trino con el que se despachó el expresidente y ahora senador Álvaro Uribe Velez, para hacer del atentado del Centro Comercial una lamentable orgía virtual cuyas reiteradas infamias parecen hastiar la tolerancia exagerada de seguidores y contradictores. Parece desarrollar el senador Uribe un trastorno de identidad disociativo que refleja la existencia de dos o mas personalidades cuyas acciones tienen un patrón propio. Ayer creía ser el elegido, hoy el libertador y posiblemente mañana el verdadero mesías. Síntomas diferentes que ocurren en distintos momentos suelen ser características propias de este trastorno. Seres que padecen el trastorno de identidad disociativo suelen escuchar en otros lo que ellos han hecho pero que no recuerdan, por ejemplo; escribir ciertos comentarios en alguna red social y luego descubrir que ya no lo reconocen. El ser disociado suele tener una personalidad completa —por ejemplo; su carácter mesiánico— y, otras que son manifestadas solamente de manera fragmentaria, que son ocasionales y que responden a un propósito especifico, si hoy es el amable conciliador , mañana probablemente esa docilidad tan solo sea el estertor de una agresividad conveniente.
El TID ha sido objeto de inspiración para algunas obras literarias debido a su fascinante sintomatología, por ejemplo el personaje de Sméagol, un hobbit en la obra de J.R.R. Tolkien“ El señor de los anillos” que ha corrompido su cuerpo y su mente por ser el portador del “Anillo de poder”, poder que lo tiene esclavizado y que lo obliga a buscarlo desesperadamente, también ha mutado en otra personalidad a la cual su creador llamara Gollum debido al sonido gutural que emanaba de su garganta. Mientras Sméagol evoca de manera nostálgica y verdaderamente humana la comunidad Hobbit, su inefable generosidad, sus fecundos plantíos, la alegría desbordante de sus moradores y el solaz alucinante de una despreocupada comunidad, es Gollum el arquetipo de la personalidad bondadosa, personalidad que busca afanosamente recuperar el poder —simbolizado por el anillo—, aunque para ello tenga que asesinar a sus socios y allegados. Valga decir que no todas las personalidades se tipifican como una característica dual maléfica-bondadosa, si no que ciertas personas disociadas pueden ir desde una cínica y soterrada actitud que disfraza una falsa bondad, hasta una maldad expuesta que no esconde su génesis, una personalidad alimentada por el odio.
El senador Álvaro Uribe parece vestirse de Sméagol cuando le recuerda a sus seguidores de las limosnas que su escaso carácter dadivoso les dispensa, pero no logra ocultar su personalidad de Gollum cuando cada una de sus afanosas mentiras le propician los escenarios propios de una realidad infame. Si Dostoyevski fuese nuestro contemporáneo, el hoy senador Álvaro Uribe sería su más famoso psicópata.