En la larga lista de caciques políticos derrotados en las pasadas elecciones presidenciales están también los expresidentes Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y César Gaviria como cabeza de los partidos Centro Democrático, Conservador y Liberal. Todos apoyaron al candidato Fico Gutiérrez quien pasó a convertirse en el símbolo de la vieja política colombiana.
Desde su finca en Tuluá, el escritor y periodista Gustavo Álvarez Gardeazábal (quien también fue gobernador del Valle) analiza el remezón que significa para la política colombiana la derrota de Fico Gutiérrez y la pugna por la presidencia de la república de dos líderes que no vienen de ningún partido político: Gustavo Petro y Rodolfo Hernández.
Ambos son voceros de movimientos sociales y de ciudadanos que han expresado su voz de inconformidad frente a la realidad de un país conducido por unos políticos que la ciudadanía está rechazando. Por primera vez en 200 años no será presidente de Colombia un representante de los partidos tradicionales.
Diego Fajardo: Queremos conocer su opinión acerca de lo que ocurrió en Colombia el pasado domingo, día de elecciones presidenciales…
Gustavo Álvarez Gardeazábal: La verdad es que aquí se ha presentado un acumulado de equivocaciones de todos los actores que han dado o resultado lo que ha pasado.
En primera instancia es evidente para medir con lo que se nos está viniendo y no repasar tanto lo anterior… es necesario que el señor Petro si quiere conseguir ese porcentaje que le hace falta para lograr la mayoría absoluta, tiene que buscarlo en donde lo pueden encontrar y la única parte donde parecería encontrarlo es en medio de los congresistas que no tiene Rodolfo, porque Rodolfo no participó en las elecciones de marzo, no hizo listas y no tiene congresistas adherentes.
Y como ya los congresistas no representan a los partidos políticos, sino que son unas cooperativas de contratistas, pues ellos a la voz de poder garantizar esa “reparticiña” que se las garantiza sin duda alguna Petro, que todavía ha estado sentado allí con ellos en el Senado, pues es probable que muchos de los que votaron por Fico o los que votaron por Fajardo, o los que están por fuera, se adhieran.
Pero de la misma manera como el grueso que apoya a Petro, el Pacto Histórico no es un partido monolítico, sino que es una coalición de muchas vertientes de la izquierda y pegada con babas, pues hay muchos que están acostumbrados a estar al pie de la vaca que más se deja ordeñar, que es el Estado. Y esta sería la oportunidad de hacer el tránsito y acercarse a Rodolfo y apartarse de Petro. Es decir, que vamos a tener es una guerra de guerrillas entre quienes se van a pasar de un lado al otro en el Congreso ante la ausencia de congresistas elegidos por Rodolfo.
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