La gran diferencia entre Duque y Gutiérrez es que el primero toca guitarra y el segundo acordeón. Uno se pinta el pelo y el otro se lo deja a lo ñero paisa. Pero ambos son construcciones exitosas de Uribe. Ah, parece que Duque habla mejor inglés que Gutiérrez, eso es todo. Por eso Gutiérrez repite la misma monserga de Duque de hace 4 años, sobre “proteger nuestra democracia y nuestras libertades”, contra el castrochavismo y por la independencia del Banco de la República “pues”, para que no imprima más billetes. Y hace como si entendiera de qué está hablando.
La apuesta de Uribe, de quitarle la careta de independiente a Gutiérrez, retirar al pobre de Zuluaga y anticipársele a Peñalosa, Char y a Vargas Lleras en el apoyo a su candidato, es riesgosa.
Uribe decidió que de nuevo la confrontación será, este año, entre el uribismo y el Pacto Histórico; entre la estrategia de la guerra y la apuesta por la paz; entre mantener el viejo orden autoritario, machista, patriarcal y racista, versus el proyecto de futuro con democracia participativa, inclusión, diversidad étnica y cultural; entre el modelo económico neoliberal y la política económica industrializante, de seguridad alimentaria y empleo productivo; de energía fósil versus transición energética; de privilegios en acceso a la salud, la educación y la cultura, o sociedad de derechos y no de negocios en los servicios públicos.
Por eso en los debates electorales, como el del lunes pasado en El Tiempo-Semana y todos los que vienen, escucharemos a Gutiérrez repetir consignas y muletillas ofensivas, y a Petro exponer causas y consecuencias de la crisis actual y proponer soluciones innovadoras. Los asesores de Gutiérrez le insistirán en que siempre ofenda, provoque y repita el mismo eslogan. Me temo que ese libreto no le volverá a resultar exitoso a Uribe, como ya se vio en los resultados del pasado 13 de marzo.
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Para ganar Petro necesita pasar el próximo 28 de mayo pasar de 5,6 a 12 millones de votos. Ese crecimiento es muy posible alcanzarlo
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Pero no todo se definirá en los debates entre candidatos. El Pacto Histórico alcanzó 47,6 % de los votos en la consulta; el Equipo Colombia, donde se hicieron contar la mayoría de los uribistas votando por Gutiérrez, obtuvo 32,6 %; y el Centro el restante 19,8 %. Para ganar, Petro necesita obtener el 55 % el próximo 28 de mayo y pasar de 5,6 a 12 millones de votos. Ese crecimiento es muy posible alcanzarlo, pero se requiere construir un gran acuerdo por “Colombia, potencia de la vida”, como lo ha llamado Petro, atrayendo a los sectores del Centro y a los millones de abstencionistas del pasado domingo.
Comentaristas tradicionalmente racistas, patriarcales y machistas, han intentado bloquear al Pacto Histórico exigiendo que Francia Márquez sea propuesta como vicepresidente, gracias al magnífico resultado alcanzado de 783.160 votos. La propia Francia, con su inteligencia, desenmascaró la jugada de la derecha. En mi concepto, Francia Márquez está llamada a ser presidente de Colombia en el período 2026-2030 y mientras tanto debe ser la embajadora de Colombia en Estados Unidos de América.
De otro lado, lamento el nivel de desesperación a que ha llegado Ingrid Betancourt Pulecio. Actuar solo como francotiradora y como grosera manipuladora no le queda bien. Yo he tenido con ella alta consideración, como lo expreso en el artículo que se puede leer en este vínculo, pero ya fue suficiente.
Sergio Fajardo perdió la partida paisa con su paisano Gutiérrez y me temo que regresará a ver ballenas.
Lamento que las candidatas y candidatos del Nuevo Liberalismo se hayan quemado. Habrían sido un excelente equipo legislador. Lo mismo la lista de Fuerza Ciudadana. Pero supongo que ellos jugarán papel clave en el acuerdo por “Colombia, potencia de vida”.
¡No habrá segunda vuelta presidencial! Y si llega a programarse, el resultado ya lo tienen listo en la Registraduría, como con las 29.000 mesas que andan embolatadas donde supuestamente Petro no obtuvo votos, y el nuevo títere de Uribe estará listo.
Adenda 1: Estamos viendo y oyendo, en directo, el horror de la guerra en Ucrania. Ya casi se parece a la tragedia de Colombia: llevan 2,5 millones de desplazados, de los 8 millones que tenemos en Colombia. Y ¿saben quiénes se están forrando de dinero, con esa tragedia? Los vendedores de armas de Rusia, Unión Europea y Estados Unidos, más los vendedores de petróleo, gas y carbón de todo el mundo. Algo de esto último les toca a las empresas que en Colombia explotan combustibles fósiles.
Adenda 2: Como lo anticipé hace 15 días, en el artículo de este hipervínculo, en el Caquetá ganó a la Cámara la esposa de un condenado por paramilitarismo por la Corte Suprema de Justicia. Qué tristeza.
