No solo en un país como el nuestro —donde la vida en general, ajena o distinta, es despreciada, desconsiderada y sin importancia— abogar por tomar conciencia de la importancia que se le debe dar a la existencia que tienen todas las demás especies puede parecer una estupidez o hasta un despropósito. Sin embargo, a pesar de ello, no deja de ser importante insistir hacerlo a nivel local y mundial, pues cada vez son mayores las evidencias que aparecen, demostrándose que todas las especies a partir del Big Bang provenimos del mismo árbol evolutivo, en el que la vida como tal ha mutado hacia todo tipo de organismos; haciéndonos semejantes en muchas características, funcionamientos y comportamientos, debiendo entonces superar la limitada concepción y visión que tenemos al respecto de sus roles, cualidades y calidades existenciales, exigiéndonos cambiar los paradigmas que poseemos al respecto de sus vidas y de la vida como tal.
Me refiero a que la ciencia y con ella los expertos y científicos vienen descubriendo y demostrando cada día que pasa una inmensa cantidad de similitudes que tenemos como especie humana con todas las demás especies vivas que habitan sobre el planeta. Desde asegurar que los animales y las plantas tienen sentimientos, niveles de conciencia, capacidades y métodos de comunicación entre ellas y ellos, padecen dolor y sienten alegría, y un gran número de aptitudes extras, pues está más que demostrado que todos hemos partido desde el mismo tronco evolutivo; iniciando desde el dominio eucariótida, poseyendo entonces innumerables similitudes de genes, elementos químicos, variadas sustancias, aminoácidos, proteínas, carbohidratos y hasta incluso órganos celulares, así algunos seamos humanos, otros felinos, peces o insectos, incluyendo al reino vegetal, a las bacterias, hongos y demás tipos de organismos.
Aunque se han logrado grandes avances sobre estas consideraciones, generando leyes que los intentan proteger, aún es muy largo el camino que nos falta por recorrer para alcanzar una mejor convivencia y empatía, no solamente entre los mismos seres humanos, sino que también se requiere y se necesita, con urgencia, darles la misma importancia a todas las demás especies, a todas sin ninguna exclusión, pues vienen sufriendo un manejo y trato demencial y aterrador, llevando a todo el planeta hasta el borde de la extinción masiva y general.