Revolución es un cambio profundo, exactamente lo que está iniciándose en Colombia. Somos una nación encaramada en 3 agrestes cordilleras que nos alejan del mar, que es el escenario del 90% el intercambio de bienes y de personas alrededor del planeta. Somos caso paradójico, 3 cordilleras nos caracterizan, pero nos premiaron en el mapa con la mejor esquina del mundo con 47 municipios costeros, 12 departamentos, 49.777 kilómetros cuadrados de área costera, Panamá será siempre nuestro vecino, contamos además con el tercer mar —los ríos de Colombia— que ya se están visualizando. En Europa, Asia etc. son el medio idea de comercio. Nuestros ríos, tercer mar, son otro futuro incomprendido.
Venturosamente la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, en acto trascendental, declaró que seremos Colombia marinera, con un plan de seis estrategias. Lo llamativo es que existe una región marítima que falta por incorporar al desarrollo de país: Urabá. La mejor esquina del mundo, el sitio donde el Atlántico y el Pacífico están exclusivamente más cerca el uno del otro, lo que significa que seremos el centro de gravedad. Este es lugar ideal del comercio mundial. De hecho, Simón Bolívar, en la Carta de Jamaica, expresó “esta magnífica posición entre los dos grandes mares podrá ser con el tiempo el emporio del universo, acaso solo allá podrá fijarse algún día la capital de la tierra”.
Paradoja incomprensible Urabá, unida al Canal de Panamá, ha sido territorio olvidado, abandonado por todos los gobiernos. A Urabá, escenario de feroz violencia por décadas, le llegó su momento.
Ahora bien, de muy joven conocí esa región y de ella me enamoré. Sigo pensando que es el sitio de una Colombia nueva, la del gran desarrollo, aunque cabe decir que este no se logra en los riscos, donde la intercomunicación es un permanente desafío, hay cordilleras sin consolidar y vías atrevidas, donde la mula y el arriero importaron nuestra civilización y son ejemplo del esfuerzo tenaz. Nuestra pobre infraestructura vial nos coloca internacionalmente en lugar vergonzoso, en cambio el mar une al mundo, hace vecinas a las naciones, no tiene fronteras, es el medio más grande del intercambio de productos. Urabá no ha tenido padrinos que la protejan, produce pocos votos, bajísima densidad poblacional, en cambio valerosos industriales del banano y algunos arriesgados comerciantes y ganaderos han logrado el precario desarrollo socioeconómico de la tierra del futuro y asiento de la gran industria.
De años atrás viene mi interés y mi larga relación con Japón, más de 40 años, fundé la Cámara de Comercio e Industria Colombo Japonesa y su majestad el emperador me condecoró con la Orden del Sol Naciente. He pensado que Urabá requiere un socio de gran envergadura para su desarrollo. El progreso siempre es costoso, con un rico realmente comprometido la cosa cambia. Japón es el socio ideal, país del 90% clase media, no tiene área vital, no caben en su isla. Colombia ofrece áreas baldías, necesitamos poblar, carecemos de capital industrial en grande. A ellos les sobra, tienen tecnología de punta, viven de la importación de materias primas. Aquí las encuentran y pueden producir a la orilla de dos mares, además de aprovechar la cercanía al gran Canal de Panamá. Sus mercancías requieren mínimo un mes de navegación de Japón a Europa y a Estados Unidos, de Urabá están a tres días de EUA y diez días de Europa.
Japón aporta más que ingeniería, la ciencia moderna en toda su extensión. Estas y muchas otras consideraciones me llevaron a presentar al gobierno japonés el esbozo de plan de complementación geopolítica colombo-japonesa, audaz y atrevida propuesta que beneficiará a ambas partes. Ante el informe de Colombia Marítima, que acaba de presentar la señora vicepresidente, le remití comunicación con la esperanza de que nuestro gobierno se percate del desarrollo conjunto de Urabá y de gobierno a gobierno plantee ese propósito desarrollista al gobierno japonés. Sé positivamente que otros países observarán a Urabá. China ya propuso al gobierno anterior construir un ferrocarril modernísimo de alta velocidad, de doble carril, desde el Pacífico que llegue a Cartagena.
Hay más y muy positivo, Antioquia despertó, el ánimo paisa está en lo suyo, se comprometieron a construir Puerto Antioquia, el más grande, 6.6 millones de toneladas al año moverán, unirán el Golfo de Urabá con el centro de Colombia. Ya están perforando el túnel del Toyo con 9.5 kilómetros longitud, el más largo de América, autopistas modernas conectarán a Turbo con Medellín, 270 kilómetros más corta que la vía Cartagena-Medellín. Hay otro puerto en construcción en Turbo con tecnología surcoreana, puerto es propulsor de grandes industrias, de desarrollo en general, de ciudades nuevas.
La Colombia marítima que este gobierno está logrando hará una mejor Colombia. Si nos unimos con Japón, el gran socio, ambas naciones podremos cantar victoria. Colombia marinera, integrada con Japón, crearán una nueva visión de política internacional.