Mientras el país sigue pendiente de las zancadillas que le pone en cada curva el señor Uribe al tal proceso de paz, desvirtuando y corrigiendo y corrigiendo y desvirtuando, con marchas de lado y lado y Tutina o Tinina y su marido viendo a ver qué se ponen para recibir el premio (algo blanco, obvio…), aparece en El País de España un artículo que a más de uno habrá dejado con la boca abierta: Vargas Lleras y Viviane Morales se unen para conformar una atractiva llave electoral.
Y resulta lógico cuando allá al fondo se ve a un personaje como Humberto de la Calle asomando la nariz para las elecciones venideras, con dos ases bajo la manga fuertemente interesantes para una inmensa minoría: dejó con los crespos hechos a una de las vergüenzas nacionales, el presidente Samper, y dejó de ser su vicepresidente cuando sale a la luz toda la suciedad del proceso 8.000 y las platas de los narcos en aquella campaña presidencial y, ahora, llevando las riendas de un proceso de paz que, si bien no resultó como era su deseo, sí quedó claro su interés para que las cosas salieran bien.
La unión Vargas-Morales parece ahora no pasar de un chisme
producto de cualquier artículo,
pero a nivel politiquero no puede negarse que tiene su jugo
Lo de la unión Vargas-Morales parece ahora no pasar de un chisme producto de cualquier artículo, pero a nivel politiquero no puede negarse que tiene su jugo. El uno, político de toda la vida, tiene el mérito de no haber dicho jamás una frase categórica. En esto último del proceso de paz es bien diciente su postura, o mejor, su falta de postura. Jamás estuvo ni aquí ni allá. Y eso da votos, imagino, y más cuando son votos que vienen de nuestra política de siempre. Y ella, ferviente seguidora de los ideales cristianos que en estos momentos actuales no es más que la negación tajante a hablar del aborto, homosexualismo y demás aberraciones que deben atajarse ya.
Los votos comprados a dos tamales y una yuca, más los votos de conciencia de la gran población colombiana que no son más que opiniones reales de una sociedad conservadora y media, eso suman muchos votos.
Me inquieta el tema, ya que me inquieta el futuro que, como bien dice Woody Allen, “es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”.
Y hablando de …
Y hablando de Woody Allen, es digna de gran aplauso su última película, Café Society.
Un placer haberla visto.
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