Tuve una discusión con alguien esta semana que me decía que no podía creer que un cristiano votara por Petro. Creo que es la retahíla que hemos aguantado muchos que abiertamente declaramos nuestra fe y al mismo tiempo nuestro voto por el candidato de la Colombia Humana. Este personaje me dijo que dudaba de mi cristianismo y mis creencias porque cómo podía votar por un ateo y por alguien que apoyaba a los homosexuales.
Por eso creí más que importante, urgente, contestar mis razones como una de los miles de cristianos que votamos por Gustavo Petro en la segunda vuelta. Es de extrema relevancia esta aclaración para que Colombia vea coherencia entre una fe que predica el amor incondicional, la gracia inmerecida, la no violencia, la justicia social y la práctica en situaciones reales como la nuestra. Quiero aclarar que esto no es una apología a Gustavo Petro, sino un apoyo que nace de una postura ética y de principios no solo morales sino bíblicos, ya que la opción contraria, el uribismo es lo más opuesto que puede existir a un cristianismo verdadero aplicado en nuestro contexto colombiano.
Comienzo con el M-19, que como pasado de Gustavo Petro es uno de los primeros puntos que salen a relucir con pasión. “Es un exguerrillero!”, me dicen muchos. He llegado a la conclusión que muchos colombianos no conocen casi nada la historia de su país e inmediatamente creen que el M-19 son las Farc. De verdad que urgen las clases de historia en este país. A Viviane Morales le recordé hace unas semanas que precisamente gracias al M-19 y su proceso de paz con el Gobierno, donde exigieron la Constituyente de 1991, es que los colombianos cristianos tenemos derecho no solo a la libertad de culto y de conciencia (antes solo era reconocida la fe católica) sino a la representación civil y política. El M-19 dejó de existir ya hace más de 20 años, y se desmovilizó dejándonos como herencia la Constitución de 1991. Nada tuvo que ver el M-19 con las Farc ni en ideología o accionar. Por favor, si van a opinar y a juzgar al menos lean su historia.
Mi abuelo, uno de los primeros evangélicos en Colombia, en los años 40 y 50 estuvo al borde de la muerte 14 veces. Casi lo queman vivo, lo ahorcan, lo matan a cuchillo, lo tiran a un río y se lo llevan preso para después ejecutarlo. Sí, queridos cristianos, eso nos pasaba hace 50 años a los cristianos evangélicos. ¿Quien nos perseguía? Nada más que las fuerzas conservadoras de momento aliadas con la Iglesia católica y los paramilitares de ese entonces conocidos como los chulavitas. Esas mismas fuerzas de las que el exprocurador Alejandro Ordóñez hizo parte, con las que el mismo quemó biblias en el parque de Bucaramanga el 13 de mayo de 1978 para prevenir la “contaminación hereje protestante”.
A mi abuela, como a muchos otros evangélicos, le arrebataron su biblia en Socorro (Santander) para después ser entregada a las niñas del colegio la Presentación para que ellas como tarea escolar las deshojaran y tiraran en las calles, porque el cura del pueblo decía que leer la Biblia era pecado. Si conociéramos nuestra historia sabríamos que al M-19 le debemos mucho como cristianos y ciudadanos por el establecimiento constitucional de la democracia y el respeto a nuestra vida y creencias. Mi abuelo se salvó de milagro, pero en Colombia asesinaron alrededor de 2.500 cristianos evangélicos por su fe y no lo hizo la guerrilla, sino el mismo Gobierno (conservador), con auspicio de la Iglesia Católica y sus feligreses. Creo que mi abuelo moriría nuevamente de un infarto al ver a los cristianos evangélicos aliados con movimientos y partidos que además de estar plagados de corrupción y crímenes, fueron nuestros perseguidores y asesinos. Gracias a Dios él no está vivo para ver semejante contradicción en una alianza con sectores ultra conservadores como el de Alejandro Ordoñez y Marta Lucía Ramírez.
El otro argumento fuerte con el que muchos me han quitado el título de “cristiana” es que Petro es ateo y comunista. Véase cómo la desinformación y la ignorancia reinan en este país. En cuanto al ateísmo de Petro, las noticias falsas han sido la fuente de muchos. Petro no ha dicho que sea ateo, tampoco ha atacado la fe cristiana. Ha recalcado la ignorancia de muchos representantes cristianos porque realmente es obvia, muchos cristianos la vemos y nos da vergüenza. En cuanto a la profundidad de su fe, eso es terreno que no le corresponde a nadie. Triste ver como muchos ingenuos caen en la creencia de que Uribe o Duque son cristianos. Queridos co-creyentes, el verdadero cristianismo se demuestra con hechos no palabras, en política hasta el mismo diablo hace la oración de fe.
En cuanto al comunismo, les serviría que hicieran la tarea de al menos leer la definición de Wikipedia de comunismo (ya que al parecer no les gusta leer mucho) para saber comparar lo que es comunismo con el plan de gobierno en materia de economía de Gustavo Petro. Hasta el día de hoy, no hay comunistas a la presidencia de Colombia. Pero si hay una serie de propuestas contundentes para disminuir la desigualdad, aumentar el ingreso de clases bajas y medias, de profesionalizar o tecnificar saberes de manera que haya mejores salarios, de democratizar la tenencia de la tierra. Cuantos años (cientos) llevamos con el intento de reforma agraria, y cada vez que estamos cerca alguien muere o les roban las elecciones. En ejemplos más recientes, nos llenan de propaganda falsa diciendo que las Farc se tomarían el poder, o la ideología de género nos iba a quitar a nuestros hijos. ¿Se acuerdan? Esto sólo para renegociar los acuerdos de la Habana que incluían una reforma agraria contundente. La devolución de tierras robadas por paramilitares no debía ser devuelta ya que hay “terceros de buena fe” que son los “legítimos” propietarios de esas tierras llenas de sangre campesina inocente. Fue realmente lo que el uribismo pidió con fuerza en la renegociación de los acuerdos, y ¡lo logró! Cristianos sin memoria, sin cerebro y sin corazón.
El tercer argumento más repetido ha sido el apoyo de Gustavo Petro a las minorías LGBTI. Y no quiero entrar en terreno de derechos, porque este ya está consignado en nuestra Constitución de 1991. Pero en cuestión de fe, ¿de dónde ahora los cristianos se ponen en el papel de policía moral del mundo? ¿Qué nos incumbe que hace el vecino con su cuerpo? Metidos e irrespetuosos es lo que son. Pero siguiendo el hilo de argumentación en contra del homosexualismo, ¿porque entonces no se han dedicado a combatir la infidelidad en el matrimonio? Porque la misma Biblia incluye en el mismo grupo a los infieles y a los promiscuos (1 Corintios 6:9). Dónde está entonces este juicio moral (mal aplicado, ya que el mensaje va dirigido a creyentes), hacia muchos cristianos, inclusive pastores de gran nombre que han sido recurrentes en este tipo de comportamientos, pero ahí si nadie dice nada, porque “nosotros no debemos juzgar”. Cristianos de doble moral.
Yo entonces revierto el argumento hacia muchos cristianos, cuestionándolos con respecto a su apoyo ciego al uribismo. ¿Cómo es posible que como cristianos apoyemos al Centro Democrático, o al candidato impulsado por el mismo Álvaro Uribe? ¿Se nos olvidó que en los dos gobiernos Uribe hubo más desplazamiento forzado que en cualquier otro gobierno? Colombia en lugar de disminuir, aumentó de forma disparada la disparidad de la tenencia de la tierra llegando a cifras aterradoras como el hecho que el 1% de las fincas de mayor tamaño tienen en su poder el 81% de la tierra colombiana (Cifras Portafolio 2018). Esa cifra corresponde a los millones de campesinos asesinados, desplazados y robados de sus tierras.
A miles de madres el uribismo les robó y asesinó sus hijos de manera criminal con los 4.000 ya probados casos de falsos positivos, ¡pero las cifras superan los 10.000 jóvenes! Y ni hablar del mar de corrupción que nos ha robado a todos los colombianos de tener carreteras, educación, salud, nutrición básica y mucho más, con los billonarios robos de todo el séquito de los gobiernos Uribe – Santos. Los cristianos le sirven de títeres a los aquellos que saben que la fiesta de injusticia se les acaba con un gobierno diferente al uribismo.
Dónde está entonces la Biblia para darnos criterio cuando dice: “¡Ay de los que emiten decretos injustos y publican edictos opresivos! Privan de sus derechos a los pobres, y no les hacen justicia a los oprimidos de mi pueblo; hacen de las viudas su presa y saquean a los huérfanos.” Isaías 10:1-2; o cuando nos llama a la acción: “Hagan justicia cada mañana, y libren al explotado del poder del opresor” Jeremías 21:12. Acaso se nos olvida que Dios prefiere de nosotros mucho más: “Practicar la justicia y el derecho, lo prefiere el Señor a los sacrificios.” Proverbios 21:3. Pues nuestras iglesias están llenas de ritos vacíos y sin eco en el cielo cuando apoyamos a semejantes criminales: “Cuando levantan sus manos, yo aparto de ustedes mis ojos; aunque multipliquen sus oraciones, no las escucharé, pues tienen las manos llenas de sangre. ¡Lávense, límpiense! ¡Aparten de mi vista sus obras malvadas! ¡Dejen de hacer el mal! ¡Aprendan a hacer el bien! ¡Busquen la justicia y reprendan al opresor! ¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!” Isaías 1:15-17.
Así que no me digan que porque estoy en contra del uribismo no soy cristiana. Al contrario, yo les digo a esos cristianos las mismas palabras que usó Jesús hacia los más religiosos de su época: “No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.” Mateo 7:21. Por qué hacer la voluntad del Dios cristiano es exactamente esto: “¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo,vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes?...” Si desechas el yugo de opresión, el dedo acusador y la lengua maliciosa, si te dedicas a ayudar a los hambrientos y a saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche. El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan.” Isaías 58. Dios mira con agrado a quien: “ Dichoso el que piensa en el débil y pobre; el Señor lo librará en tiempos malos.” Salmo 41:1.
Me aterra el nivel de moralidad ciega de muchos cristianos, quienes prefieren literalmente a un expresidente que tiene 267 investigaciones por paramilitarismo, masacres, nexos con narcotráfico y desplazamiento, a un presidente presuntamente ateo que defiende a los homosexuales. Yo ya he visto demasiada injusticia en Colombia. El continuismo del uribismo ni siquiera significa mantener el statu quo, significa continuar con el festín a costa del más necesitado incrementando la desigualdad en Colombia hasta que nos ganemos la medalla de ser el país más desigual del mundo.
Por esos millones de colombianos que no tiene voz, por los desplazados, los campesinos, las madres robadas de sus hijos, por las viudas y huérfanos de la guerra, por todos aquellos que están condenados a la pobreza de por vida, por ellos aplico mis creencias con pasión y obedezco a Dios “Levantando la voz por los que no tienen voz; ¡defendiendo a los indefensos!” Proverbios 31:8.
Petro significa un cambio, al menos una transición hacia algo diferente a la criminalidad uribista. Significa un modelo que lleva a un progreso equitativo, que permite que muchos salgan del ciclo de pobreza en el que viven. No pongo las manos al fuego por él, pero de manera cierta su plan de Gobierno es mucho más cercano al cristianismo aplicado que demanda justicia en el accionar de sus creyentes. Y aún si no lograra muchos de sus objetivos de Gobierno, como cristiana lo prefiero sin duda alguna antes de dejar llegar nuevamente al uribismo criminal al poder.
Aunque el cristianismo institucionalizado en las megaiglesias no lo haga, sé que somos miles los cristianos que apoyamos a Gustavo Petro. ¡Ánimo! ¡Levantemos la voz! No estamos solos.