"A la morgue de Neiva llega el cadáver de una joven, con un maletín que contiene 6 discos compactos de una banda de rock británica y una serie de cartas escritas, al parecer, por ella. El encargado de la morgue, que es el narrador de la historia, escucha una a una las canciones de los discos, mientras recuerda momentos tanto de su pasado inmediato, como del lejano, al tiempo que lee la correspondencia de la muerta.
Dios puso una sonrisa sobre su rostro es el nombre de la novela del escritor colombiano Winston Morales Chavarro, quien en esta obra combina el gusto por la música de Coldplay y la poesía de William Butler Yeats para narrar la vida de un personaje que, en medio de la violencia de principios del siglo XXI en Colombia, se distancia de ella para evocar otra realidad: la suya.
Es una historia marcada por un ambiente frío, en la que el protagonista recuerda con igual indiferencia, la desaparición de su padre, el abandono de su mujer o los asesinatos que él realizó sin justificación aparente. En cada uno de estos fragmentos, el narrador manifiesta una búsqueda constante del placer, de la delectación que solo logra con la contemplación de una parte específica de los pies femeninos: el empeine.
Con la llegada de NN —nombre que el narrador le da a la joven muerta— la morgue se impregna de la música de Coldplay, y el protagonista se llena de una fascinación por esta mujer, a quien, con solo verle los pies, describe como un ser hermoso e inmaculado, distante de las impurezas del mundo. Pareciera que NN le diera por fin esa delectación que buscó.
La narración del encargado de la morgue —quien nunca menciona su nombre— es interrumpida al final de cada capítulo por alguna de las cartas escritas por NN a su padre, en las que cuenta su experiencia desde alguna de las provincias de Irlanda, país del poeta William Butler Yeats, de quien habla en sus cartas.
Esta interrupción puede provocar desconcierto en el lector, quien al principio de la lectura podría no comprender el sentido de dichas cartas, pero en la medida que el narrador va involucrando a NN y a Coldplay en la historia, le dará mucha más profundidad al argumento.
Sin construir una situación de conflicto clara, el autor le da fuerza al personaje principal poniéndolo a describir su "realidad objetiva" de manera escéptica, lo cual crea en el lector una especie de ansiedad por comprenderlo mejor; y es esa ansiedad la que lo obliga a continuar leyendo la historia de un sujeto al que nada de su vida pareciera importarle.
Esa forma escéptica de mirar su realidad se sostiene en toda la narración pues, pudiendo contar detalles que ayuden a la ubicación espacial y temporal, el autor se arriesga a describir situaciones que, si no se les pone la suficiente atención, pueden distraer al lector del sentido de la historia.
Es así como, de narrar en tiempo presente su interacción con NN, el narrador pasa a contar -en pasado- el último atentado acaecido en Villa M., y del atentado salta a la infidelidad de su esposa en un pasado mucho más inmediato, obligando al lector a realizar una especie de collage mental que, al final quedará inconcluso por la omisión de situaciones que el narrador no vio necesarias contar.
No es la narración cronológica de los hechos lo que se quiere evidenciar en la novela, sino las actitudes del protagonista-narrador, quien construye durante toda la obra su propio perfil, lanzando opiniones y caracterizaciones de sí mismo, que harán que el lector aprenda a amarlo o a aborrecerlo.
Más que la narración de un conflicto, Dios Puso una sonrisa sobre su rostro es la descripción de recuerdos y situaciones significativos que argumentan la visión existencialista del personaje principal de la obra, quien ve el mundo desde su concepción particular de la vida y de la muerte, con una forma de narrar que se asemeja al aire helado del interior de la morgue, lugar que resulta ser más cómodo para él, que cualquier otro sitio de la ciudad"