La fascinación que despierta el icónico David Bowie, transciende a su infortunada muerte, acontecida un año atrás, el 10 de enero de 2016, poco tiempo después del lanzamiento del extraordinario disco Blackstar, álbum póstumo, que reitera lo que siempre fue el emblemático artista, un gran visionario musical.
Su relevancia ocupa un punto transcendental en la historia del arte, moda y música, el prodigioso Bowie, tiene demasiadas perspectivas de análisis que son ilimitadas: su obra, el impacto contundente en la sociedad de los setentas, sus infinitas reinvenciones camaleónicas, su innegable influencia en artistas como referente directo e inspiracional, sus grandiosos e innovadores álbumes y sobre todo su ambigua, andrógina y poderosa personalidad, que sin duda lo hizo único.
Grandes piezas musicales como: Space Oddity (1965), The Man Who sold the Word (1970), Heroes (1977), let’s Dance (1982), The Stars (2013) y Lazarus (2016), plantean el eclecticismo y experimentación de Bowie en diversos géneros y sonidos.
Es particular las escasas colaboraciones en directo, con otros artistas, para resaltar, sus míticos performances realizados con Annie Lennox en 1992, con el soberbio Under Pressure en el concierto tributo a Queen, la vibrante presentación del tema Without You I'm Nothing en New York en 1999 con Placebo y el cameo con David Gilmour del impresionante Comfortably Numb en el 2006.
La inmensa carrera de Bowie se vio restringida en la ultima década por el fatídico cáncer, que lo alejo de los escenarios, su último álbum Blackstar (2015), producido por su eterno colaborador Tony Visconti, hizo honor a su legado, siendo como obra póstuma, un disco vanguardista y profundo que surge de la exploración de sonidos del ya enfermo David, en bares de jazz neoyorkinos a pocos meses de su muerte.
Como finales proyectos visuales, Blackstar y Lazarus, serían sus últimos sencillos, que metafóricamente, plasman en imágenes, las ideas de la muerte y de la melancolía de su despedida.
Lo que para la música fue Michael Jackson en talento y Madonna en reinvención, el gran Bowie es eso y mucho más, en universos de reyes y reinas autoproclamados, David es el emperador, su mente y creación fueron de avanzada y su legado incomparable.