La Universidad Nacional se fundó en 1867, en el gobierno liberal de Santos Acosta. El actual campus se hizo por López Pumarejo en su primer mandato (1938-1942). Como siempre sucede, el movimiento estudiantil que se gesta dentro de estos claustros se considera anormal, revoltoso y últimamente delincuencial y terrorista.
Somos considerados estudiantes problemáticos. Intransigentes al cambio. La Universidad Nacional de la cual orgullosamente soy egresado, es llamada ahora anacrónica, defensora de ciertos estudiantes cuya matrícula estuvo vigente por muchos años. Sin detenerse a analizar cuáles eran las razones de fondo.
La verdad sea dicha, tuve compañeros de larga estancia, a quienes dejo en el anonimato por su seguridad y por la mía, por supuesto. Uno de ellos en particular, cuando empecé mi primer semestre, llevaba tres años en la facultad.
Me gradué en 1983 y cuando volví al Hospital San Juan de Dios, diez años después, a visitar a los ex profesores y amigos, me lo encontré ¡empezando su rotación como interno!
Pensábamos que esos muchachos eran “tiras”, espías del DAS, infiltrados para "sapear" a los estudiantes que tuviésemos inclinaciones políticas anti-gobiernistas. Aunque nunca tuvimos pruebas fehacientes de ello.
El innombrable en su estilo chabacano y gamonalesco, muchos años después, los criminalizó durante todo el tiempo que por desgracia estuvo al frente de este país: “No vamos a permitir que bandiditos, que se hacen pasar por estudiantes, destruyan la universidad”. Él buscaba como todos sus predecesores, acallar al movimiento estudiantil y acabar con la “subversión establecida”.
En las Universidades públicas, se vienen impulsando reformas desde siempre, para concebirlas al antojo de una sociedad capitalista extrema.
Quieren dejarlas como forjadoras de sujetos dóciles, esclavos de aspiraciones bajas, que no se rebelen ante la injusticia, ante la mala calidad o la pérdida de privilegios para los menos favorecidos, en vez de seguir fortaleciendo su devenir histórico generador de la sabiduría, formador del pensamiento crítico, científico y universal.
Hubo cierto rector de la Nacional de cuyo nombre no quiero acordarme, en la era del innombrable tenebroso, que lo decía literalmente: “el país está lleno de doctores y se necesitan técnicos. Hay que dejar las carreras profesionales en tres o cuatro años a lo sumo”
Pero no todo acaba por allí. Se inventaron la perversidad del autofinanciamiento, haciendo de la universidad otra empresa en el mercado de la educación. En el año 2000, por cada peso que el estado le asignaba, la universidad colocaba treinta centavos y para el 2007 ya ponía ochenta y dos.
Del 2000 al 2007, las transferencias del presupuesto nacional crecieron únicamente 17%, mientras los recursos propios de la universidad lo hicieron en más del 300%. Eso sólo se logra cobrando matrículas cada vez más costosas, con notable perjuicio a los estudiantes, corta de plano el ingreso de los aspirantes provenientes de estratos socioeconómicos bajos.
En 1975 la matrícula máxima en la Universidad Nacional eran novecientos pesos. En la Javeriana, costaba dieciocho mil pesos un semestre de medicina u odontología.
Después del cierre de 1976, que se prolongó por un año, lo aprovecharon para enrejar toda la ciudad universitaria y en castigo por tumbar a Santander de la plaza y colocar al Che en la pared externa del auditorio, liberaron tarifas acorde a la declaración de renta.
Entonces la universidad pública más importante de la nación se elitizó, se llenó de gente de estrato alto, segregando a los pobres, a quienes la necesitaban, ayer y hoy. Se pagaba incluso más que en las universidades privadas. Por ejemplo, la Doctora Tian Cian, colega médica, entró pagando sesenta mil pesitos en 1977.
Una fortuna para esa fecha. Se retiró en segundo semestre, decidió fundar su propio claustro, llevándose de paso a toda la pléyade de profesores que tuvimos los estudiantes de medicina de aquella maravillosa época. Ella fue fundadora de la facultad de Medicina de la Universidad del Bosque. Y creo que sigue siendo parte importante de tan importante universidad...
El exsenador y exconvicto dueño del CD, propuso también durante su nefasta gestión como presidente, convertir a la UN en zona franca. Dejar todos los postgrados como un ala de la universidad …pero privada.
Por aquello de fomentar la confianza inversionista de algún foráneo que quisiera hacer sus pinitos en este platanal. La realidad es que hoy los postgrados, se limitan a estudiantes de “estratos 5-6” por el alto costo de las matrículas.
Y se hace así porque más de la mitad de los gastos tienen que ser cubiertos con recursos propios, por concepto de la venta de bienes, servicios académicos y de la extensión de postgrados.
Actualmente un currículo que la universidad considere abarcar el espectro académico indispensable, que incluya temas de nivel científico elevado, sin importar el costo necesario, es una concepción arcaica, del pasado lejano.
La nueva “cultura” decretada no es más que lo que requieran las demandas frecuentes del mercado, y simplemente aquel programa que no es rentable, pues no va, como en los centros de estudios privados.
La concepción comercial con la calidad no es estrecha y si muy nociva. Favorece la visión de estudios universitarios para lograr títulos y no la formación para lograr el aprendizaje permanente y para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en general, gracias al talento forjado y al conocimiento adquirido después de fomentar la investigación y el pensamiento crítico, humanístico. De allí que la excelencia académica cada vez brilla más por su ausencia.
Pero ello aparentemente poco importa en este estado fallido, porque gracias al capitalismo salvaje floreció el narcotráfico sin control, la cultura mafiosa que lleva cuarenta años mal contados, surgen los gobernadores paramilitares como el Kiko Gómez en Guajira o el clan Aguilar en Santander.
O los presidentes de Senado, los embajadores y dos de los tres últimos presidentes de la república inmersa en el subdesarrollo y la desigualdad abismal en que nos hemos sumergido, que financiaron sus campañas con narcotraficantes de alto calibre. Todo lo que rodea a la actual dirigencia política de extrema derecha se impregna en la falsa economía de la mafia.
De allí surgen igualmente todas las aberraciones que se puedan imaginar, como las presidentes de la cámara que plagian sus tesis. O las vicepresidentes con hermanos presos por narcotráfico o envueltas en negocios familiares con delincuentes de alta peligrosidad, fantasmagóricos y los alcaldes que prefieren comprar sus diplomas.
Para qué estudiar, si hasta pueden elegirlos estando presos. Y si no creen, miren a John Calzones brillante integrante del CD y primera autoridad de un pueblo llanero…
Tal vez, por los problemas éticos que vienen enfrentando estos especímenes, "gente de bien", que ya toda la ciudadanía y el mundo entero los tiene detectados, fue que Macías, ignorante, y no menos sagaz, para evitar dolores de cabeza y gastos inoficiosos, se dedicó a la politiquería y a la delincuencia organizada con su patrón y líder tenebroso.
Suficiente para él. El estudio es para brutos y vagos… grita otra parlamentaria sectaria y lenguaraz, del mismo combo.