Durante décadas cientos de víctimas de despojo y desplazamiento en Colombia se tuvieron que conformar con simples anuncios de restitución de derechos sobre sus propiedades rurales. Grupos armados, narcotrafico, paramilitares y guerrilla se ensañaron contra una población rural y que mediante actos de violencia y en muchos casos de muerte y amenazas lograron apoderarse de sus parcelas y propiedades.
Los titulares de prensa frecuentemente hacían referencia de genocidios y acoso a este sector de la población colombiana. En su huida llegaban a las ciudades próximas en búsqueda de protección y trabajo. Los cinturones de miseria extendían sus tentáculos nutriendose de humildes campesinos y su numerosa familia.
Las autoridades judiciales se quedaban pequeñas para brindar asistencia a las numerosas víctimas. La impunidad reinaba y sus quejas pocas veces encontraban una oportuna solución.
Con el arribo a la presidencia de la república de Gustavo Petro Urrego se diseña y fortalece un Plan Nacional de Desarrollo denominado "Colombia Potencia Mundial de la Vida", impulsandose la Unidad de Restitución de Tierras en el territorio nacional. Desde entonces se ha alcanzado un récord en Restitución de Tierras y derechos a la población campesina víctima de hechos violentos y despojo.
En la Seccional de la URT Seccional Valle y Eje Cafetero se registra una de las mejores noticias de la última década: La recuperación de sesenta y seis mil hectáreas y el retorno de cientos de familias a sus terrenos y predios. Igualmente se anuncia que treinta y tres mil hectáreas se encuentran en solicitud por parte de las víctimas. Una deuda social que el Estado colombiano asume con estas familias que vivieron el horror de la guerra y el desplazamiento.
Frente a estos procesos encontramos la joven figura del abogado nariñense Luis Gabriel Rodríguez de la Rosa, director Seccional URT Valle del Cauca y Eje Cafetero. En trabajo coordinado con alcaldes municipales, jueces de tierra y medios de comunicación inicia una cruzada cívica y administrativa de Restitución de derechos y tierras a aquellos colombianos que mediante un proceso sencillo demuestren ser víctimas en el periodo comprendido desde el 1 de enero de 1991 hasta la fecha.
Su propósito, que aplaudimos, reconocemos y elogiamos comprende una REPARACIÓN INTEGRAL que abarque y cobije el apoyo de proyectos productivos partiendo de una economía popular hasta consolidarse y proyectarse hacia un escenario de exportación. Formula un llamado a los burgomaestres municipales para que inserten en su Plan de Desarrollo Municipal o Distrital la POLÍTICA DE TIERRAS Y RESTITUCIÓN. En sus palabras "Así vamos a unir esfuerzos para que esa política se territorialice y podamos lograr que las víctimas vuelvan a sus territorios".
Desde esta nota editorial reconocemos y valoramos los ingentes esfuerzos del doctor LUIS GABRIEL DE LA ROSA y su equipo de trabajo que con paciencia, serenidad, sapiencia y constancia y sin ahorrar esfuerzo alguno construyen políticas tendientes a restituir derechos a cientos y miles de colombianos, que reciben con alborozo y júbilo la noticia que por tanto tiempo esperaron y que hoy se vuelve realidad.
Rodeamos los esfuerzos de la URT Valle del Cauca y Eje Cafetero por cuanto eso significa recuperar esa esperanza perdida y devolver la credibilidad en la institucionalidad colombiana.