“La gente reza para que Dios les dé dinero y pague sus deudas, pero no les gusta trabajar; la gente reza para que Dios les devuelva la salud, pero no tienen hábitos adecuados ni siguen las recomendaciones del médico; la gente reza para que todo les salga bien, pero actúan mal…Queremos cambiar esa mentalidad y pedirles que si quieren un país mejor, empiecen a ser responsables y tomen partido para cambiar las cosas”, comentaron los estudiantes amotinados frente a la catedral de Popayán.
Desde el martes 23 de octubre los unicaucanos armaron campamento en la entrada de la Catedral Basílica Metropolitana Nuestra Señora de la Asunción de Popayán, ubicada en la plaza Francisco José de Caldas, para levantar su voz ante el déficit presupuestal en el que se ha visto comprometido el futuro de las universidades públicas incluyendo la Universidad del Cauca.
Las universidades públicas han sido financiadas con recursos públicos que no han sido actualizados por el Ministerio de Hacienda desde 1992.
Aquí los testimonios de los cuatro voceros de la universidad, ofreciendo su visión sobre su protesta:
La Plaza Caldas, ampulosamente llamada Parque Caldas, tiene su origen como plaza central de Popayán desde 1537. Un año más tarde aquí fueron decapitados Jorge Robledo y Álvaro de Oyón. Hasta 1910 fue una plaza para el comercio ganadero y mercado, año en el que se ubicó en ella una estatua del sabio Caldas, que difiere notablemente de la iconografía elaborada por José María Espinosa. El sabio fue fusilado en Santafé en 1816 por los realistas.
La plaza fue también el escenario macabro del sacrificio de importantes próceres republicanos como el bugueño José María Cabal o el indígena nasa Agustín Calambás. Hoy los estudiantes rescatan dichos sucesos para pedir a los payaneses recobrar su dignidad y hacer un acompañamiento.