¿La Unesco secuestrada? Pareciera que sí. ¿Acaso por qué no se pronuncia sobre lo sufrido por Azerbaiyán?
La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) se define a sí misma como colaboradora entre las naciones para asegurar el respeto sin distinciones.
El lema enarbolado por la Unesco es “construir la paz en la mente”, pues como las guerras nacen en la mente de los hombres es en las mentes donde deben erigirse los baluartes de la paz.
Y si la preservación de los patrimonios culturales y religiosos son esenciales para mantener legados que salvaguardan memorias de los pueblos, ¿por qué la Unesco no se pronuncia sobre lo tanto que Armenia intentó acabar con el alma azerbaiyana durante las tres décadas en que ocupó territorios de Azerbaiyán? ¿Por qué durante ese tiempo la Unesco no envió ni una vez una misión observatoria a esos territorios?
Por darles a conocer tan solo una parte del genocidio cultural cometido por Armenia, vean: solamente en Shusha, 8 museos, 31 bibliotecas y 8 casas de cultura fueron destruidas; más de 300 piezas en el museo de Hajibeyov; 400 en el museo Bulbul; 100 en el del Navvab; 2000 en el museo de Agdám; 3000 del museo de historia de Gubadlí; 6000 del museo Zanguilán; además de que más de 1000 objetos de los museos de historia y tapetes de Karabaj fueron destruidos o enviados a Armenia.
Y hablando de monumentos históricos y religiosos en los territorios azerbaiyanos que fueron ocupados por Armenia: 67 mezquitas, 144 templos, 192 santuarios y más de 900 cementerios. Sitios azotados por el vandalismo armenio empeñado en destruir la historia del pueblo azerí y borrarles la memoria espiritual.
Misiles y manos armenias destruyeron las mezquitas, templos, cementerios, emporios arqueológicos… y Armenia se mantiene impune a pesar de ser clara responsable de estos crímenes contra la humanidad pues el patrimonio cultural y religioso de Azerbaiyán también es del mundo.
Armenia violó lo regido por la Convención de La Haya de 1954 para la protección de bienes culturales en caso de conflictos armados, el Convenio Europeo de 1992 para la protección del patrimonio arqueológico, la Convención de la Unesco de 1972 para la protección del patrimonio mundial cultural y natural. Flagrantes acciones vandálicas que son consideradas crímenes de lesa humanidad pues constituyen agresiones graves contra la cultura humana.
Gracias al gobierno de Azerbaiyán y a la Fundación Heydar Aliyev, encabezada por la señora Mehriban Aliyeva, la primera vicepresidente del país y embajadora de Buena Voluntad de la Unesco, se están restaurando y preservando los valiosos patrimonios azerbaiyanos. Miles de millones de dólares bien invertidos en recuperar la historia y memoria en Azerbaiyán.
El gobierno de Azerbaiyán y la Fundación Heydar Aliyev participan activamente también en la restauración de monumentos religiosos en el exterior. La restauración de catacumbas de San Marcelino, Pedro y San Sebastián del Vaticano, la Catedral de Notre Dame de Francia y muchos otros trabajos fueron financiados precisamente por la Fundación Heydar Aliyev.
El trabajo realizado por el gobierno azerí llegó incluso a América Latina. En 2017, en base del acuerdo marco firmado con la Unesco, Azerbaiyán financió varios talleres de capacitación sobre la metodología de inventarios participativos en el marco del proyecto de fortalecimiento de capacidades para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial en la ciudad de Guatemala, municipio de Santo Apolonia, Chimaltenango y municipio de Esquipulas, Chiquimula.
Millonarias contribuciones que Azerbaiyán también hace a la Unesco, y uno de los tantos ejemplos fueron los 5 millones de dólares que Azerbaiyán le donó a esa organización para colaborarse en el financiamiento de programas educativos, científicos, culturales, que la Unesco impulsa en el mundo.
Ese aporte económico azerbaiyano es una de sus donaciones, al margen de los millones de dólares que Azerbaiyán da cada año a la Unesco cumpliendo su compromiso de contribuir a la financiación de ese organismo, al igual que hacen los otros 192 países del mundo.
Para mí, como ciudadano, es inquietante y hasta indignante, ver cómo la Unesco no es contundente con Armenia tras tantos daños ocasionados a Azerbaiyán.
¿Acaso la Unesco está secuestrada por sesgos políticos en el seno de la organización? La Unesco tiene que ser consecuente a sus afirmaciones de que es una entidad apolítica e imparcial, consagrada a la salvaguarda de patrimonios culturales, históricos, religiosos, promoviéndose la educación integral fomentadora de los derechos humanos.
La Unesco tiene que dejar de andar escondiendo la cabeza como el avestruz y mirar para Azerbaiyán.
