El día 27 de mayo de 2018 usted decidirá para votar a la presidencia de Colombia. Como ciudadano, este derecho, se le ha otorgado para elegir a nuestro máximo representante gubernamental, el presidente. Hasta entonces, y desde ahora, se verá invadido por propagandas sensacionalistas y discursos utópicos, por parte de candidatos, que prometerán más de lo que serán capaces de asumir incorruptiblemente.
Si usted sirve y cree firmemente en la tradición oligárquica que ha construido la base de lo que hasta hoy es el periodo más corrupto de nuestra historia patria lo invitamos a que siga y participe de la ejecución de su derecho y vote por cualquier Santos, Pastrana o ¿por qué no? al heredero de los hilos uribistas que una vez controlaron a juan Manuel Santos, Oscar Iván Zuluaga.
Antes de que se atreva a tachar la cara de un candidato presidencial con una x nos comprometemos a que se regocije de cada espectacular plato mediático servido por cualquiera de los candidatos. Debemos asegurarnos de que su voto sea abiertamente libre, para ello, cada postulante a la presidencia ha creado una campaña honesta y desmermeladora para su imagen y para nosotros, sus comensales. Sin más preámbulo que empiece la cena.
En las mesas que están a su mano derecha observamos los platos de los aspirantes: German Vargas lleras y Oscar ivan Zuluaga. Ambos platos constan de tres entradas que son el plato fuerte, la ensalada y el postre. Lleras nos ofrece como primera entrada una promesa recién horneada: vencer a las FARC en las urnas “democráticamente” pero parece que le falta sal a su especialidad y no logra que nadie se trague eso. Como ensalada nos pavimenta el país, mucha cebolla para tan pocos tomates. Por ultimo para el postre tenemos un sandwich de mermelada sucia que intento remover con los dedos de una mano, los mismos que en algún momento de su carrera levanto contra otro pobre asalariado guardaespaldas que tiene a su servicio. Un plato frio que parece estar servido en bandeja de plata.
Oscar Iván Zuluaga, de la mano de su mentor Uribe, presentan como primera entrada un plato picante: se trata del pulpo de odebrecht que parece aun estar vivo y sus tentáculos amenazan con acabar su buena imagen de político honesto, con especial cuidado en la decoración del plato, pues no quiere que se repita la mala presentación de sus relaciones como ocurrió con el hacker Andrés Fernando Sepúlveda en su pasada campaña politica. De segunda entrada nos ofrece transparencia y honestidad, pero es un plato que solo se servirá en el comité de ética de su actual partido político. Por ultimo pero no menos importante un postre del cual Zuluaga no parece tener idea quien lo financio, ni mucho menos parece saber que este postre esta mas untado de mermelada que los amigos de Uribe.
Si miramos a nuestra izquierda, nos esperan ansiosos los candidatos en pro de la praxis proletaria para el cambio, la huella trabajadora de nuestros campesinos y ciudadanos oprimidos por el capitalismo desmedido: Claudia López y Jorge Robledo. Claudia López presenta como principal entrada una carrera política prometedora, con su comida promete acabar con el hambre social que se ha hecho de cargo de revolver el estómago de cada pobre colombiano, como ensalada promueve un discurso anti-ratas de alcantarillas o mejor dicho anti-uribe. Como es de los verdes no puede faltar la fresca lechuga de la paz que da un sabor especial. De postre ofrece su pasado profesional, tiene experiencia en denunciar alianzas entre paramilitares y política, no se puede esperar menos de la que ha sido la mujer con más pantalones dentro del senado y más voz en el pueblo.
Por ultimo queda el senador Robledo, quien propuso un plato temporal mientras des-inhabilitan de los derechos políticos a Gustavo Petro, de su plato no hay mucho que destacar, un senador con ingredientes que hasta ahora no han dado mucho de qué hablar. Es consciente de que ante sus oponentes no tiene mucha voz, pero es así como en la praxis se evidencia las ideologías izquierdistas de cualquier izquierdoso
Por ultimo no queda más que evaluar el nivel de cocción de cada plato, hasta ahora todos crudos, y demasiado pronto para afirmar un ganador sin dudar en los oponentes