La decisión de la Corte Constitucional de declarar inexequible el Decreto que declaraba a La Guajira como zona de emergencia económica, se convierte en un baldado de agua para regiones como Nariño, que cifraban sus esperanzas en encontrar salidas a su crisis a través de las medidas excepcionales del gobierno nacional.
Por supuesto, muchos colombianos expresaron su inconformidad de que se recogieran estos dineros a través de una tarifa adicional en el recibo de energía y rememoran la época de Andrés Pastrana, cuando el nunca bien recordado cuatro por mil en las transacciones económicas, fue el mecanismo de financiación. Dijo que era temporal, y pasados muchos años, sigue vigente.
Por supuesto, el tema de la solidaridad, en momentos como el actual en el que apenas estamos sobre aguando de una recesión económica, no suena tan estimulante.
Así las cosas, el presidente Gustavo Petro y su equipo económico deberán estudiar otra alternativa, no solo para resolver la problemática de los guajiros, sino de otros departamentos que no soportan el estancamiento económico, la pobreza y las necesidades que se acumulan cada día.
Por supuesto, los opositores sentirán un alivio con la decisión de la Corte Constitucional, los representantes del gobierno del cambio verán en ese fallo una talanquera para seguir adelante, pero millares de campesinos, del plan y de las montañas, sentirán que poco a poco se alejan las esperanzas.
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