Hay una reforma con la que ningún gobierno o candidato presidencial se quiere comprometer: Reformar el Sistema General de Pensiones (SGP). Tocar el tema de facto implicaría asumir un costo político tal alto que una propuesta desfavorable le podría costar las elecciones a un candidato presidencial. Por ese motivo, analizar la postura de los eventuales candidatos presidenciales sobre esa inminente reforma será crucial para entender la visión de país del próximo inquilino de la Casa de Nariño. Reestructurar el SGP es tan importante que se torna imperativo equilibrar un sistema que sometido a las particulares condiciones económicas y laborales del país (especialmente la altísima tasa de informalidad) no ha podido encontrar un punto de equilibrio desde su entrada en vigencia con la Ley 100 de 1993.
En estos momentos, se encuentran en el Congreso sendos proyectos de ley que buscan desde ampliar la cobertura bajo la figura de la “pensión fiada” a reducir las semanas de cotización para las mujeres. Propuestas encaminadas a mejorar parcialmente un sistema que ha demostrado ser insostenible a posteriori y que depende de una gran reforma para encontrar estabilidad. A todas luces no es un tema descartable.
Por otro lado, vale la pena preguntarse sobre la concepción cultural que se tiene sobre la pensión en Colombia. Se debe entender que el tema pensional desborda lo meramente normativo pues implica acercarse a la dimensión cultural sobre la seguridad social y especialmente sobre la protección en la vejez que tienen los colombianos. ¿Será que el cambio generacional le ha restado valor a la pensión como la figura por excelencia para tener la tranquilidad de una vejez digna?, ¿Comprenden los jóvenes del país la importancia de la pensión en un sistema público que depende del compromiso intergeneracional para su sostenibilidad?, ¿El incremento en la expectativa de vida implica mayor expectativa en una pensión en la vejez? Preguntas importantes para analizar la dimensión cultural de un sistema que depende del compromiso de cotización de las nuevas generaciones para alcanzar el punto de equilibrio.
El ideal del SGP desde una perspectiva altruista es construir entre generaciones una garantía económica para una vejez digna. ¿Será posible? Los números hablan por sí solo y evidencian la baja cobertura e inequidad del SGP sumado esto a la altísima informalidad laboral y desempleo entre los jóvenes. Asimismo, no se puede olvidar que el rubro del Presupuesto General de la Nación para el subsidio del SGP es muy alto y los proyectos que navegan en el Congreso representan un fuerte impacto al marco fiscal a mediano plazo lo que haría más onerosa la financiación del sistema. Entonces, ¿Qué debemos hacer para evitar el posible colapso del SGP?
Esa es la pregunta que deben responder las personas que aspiran a ocupar la presidencia. En ellos recae la responsabilidad histórica de rediseñar un sistema que posibilite una vejez digna para las presentes y próximas generaciones. A un año de las elecciones presidenciales intuitivamente puedo afirmar que el próximo será un gobierno de grandes reformas; se viene otra tributaria y la “aplazada” reglamentación al Sistema Nacional de Educación Terciaria que implicaría además reformar el modelo de educación superior. No son temas menores y la excepcionalidad de la paz ya no será una excusa para dejar de lado las grandes transformaciones que requiere el país.
Sobre la inminente reforma al SGP considero que cuanto más tiempo pase más problemática se podría volver y la estrategia de fortalecer mecanismos de protección que se salen de la esfera del SGP como los Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) o Colombia Mayor solo conllevará a un país con una vejez subsidiada con montos muy inferiores a un salario mínimo y una línea familiar desprotegida porque los subsidios a diferencia de la pensión no son heredados. El tema será una papa caliente para los candidatos. Por eso es el momento para que se pregunten: ¿Qué vamos a hacer con el SGP?. De su respuesta dependerá en gran medida un alto porcentaje de apoyo para 2018. Así que lo deben pensar muy bien.
