Este miércoles 29 de mayo se anunció la nueva aspiración de Aníbal Gaviria a la gobernación de Antioquia, la cual ocupó hace ocho años. El exalcalde y exgobernador, hermano del también gobernador Guillermo Gaviria, aparece puntuando en las encuestas de intención de voto, entre los aspirantes al primer cargo del departamento paisa. Sin embargo la carrera que se avecina por esta posición, cuenta con una serie de importantes asuntos que pocos han considerado.
Comencemos por decir que aún estamos lejos del 27 de octubre, día de las elecciones regionales, por lo que el involucramiento de los electores es muy bajo. De modo que ante la pregunta sobre por quién votaría en las próximas elecciones, los encuestados tienden a elegir un nombre conocido como el de Gaviria o reconocer francamente que aún no saben. Sólo para mencionar un caso, el exalcalde de Medellín y escritor Alonso Salazar también aparecía hace cuatro años puntuando en las encuestas a la alcaldía de la ciudad y finalizó con una votación inferior a la del voto en blanco.
Andrés Guerra, el candidato del uribismo, lleva casi cuatro años en campaña después de que reemplazó a Liliana Rendón en la carrera a la gobernación, debido a una pelea interna entre ésta y el senador Álvaro Uribe. Estos cuatro años lo han expuesto al escrutinio público que recientemente se vio reflejado en un escándalo relacionado con la compra de pauta publicitaria para su programa radial, proveniente de la central de medios de la Alcaldía de Medellín. La prohibición expresa de la ley se debe a que su hermano, Bernardo Alejandro Guerra era concejal en ese entonces aunque hoy ya esté destituido.
Los demás candidatos que aparecen, no tienen mucha trayectoria política pero entre ellos puede aparecer una tercería, una alternativa a estas dos cabezas de las maquinarias políticas, que sorprenda al electorado antioqueño y al país, que ve en el departamento un fortín del uribismo pero en el que, curiosamente, nunca ha sido elegido un alcalde de Medellín o un gobernador de Antioquia que provenga directamente de los partidos a los que ha pertenecido recientemente el exmandatario.
Entre esas alternativas aparece el profesor universitario y candidato por la ASI, Rodolfo Correa; el exdirector del Instituto para el Desarrollo de Antioquia y candidato por el Movimiento Tú Puedes, Mauricio Tobón; el exsecretario de gobierno y candidato por el Partido Verde, Felipe Palau; el exsecretario de hacienda y candidato por Compromiso Ciudadano, Mauricio Pérez, y el exdirector de Augura y candidato del Partido Conservador, Juan Camilo Restrepo. En cualquiera de esos nombres puede aparecer una sorpresa que se cuele entre las cabezas iniciales de esta contienda, Gaviria y Guerra.
Hagamos un poco de cálculo electoral. Aníbal Gaviria contará con casi la totalidad del apoyo del Partido Liberal y algo así como la mitad de Cambio Radical, el Partido de la U y el Partido Conservador que no irá completo con Restrepo. Con esto Gaviria ajustará cerca de 400.000 votos, que son más o menos los mismos que le podrá el Centro Democrático a Andrés Guerra. Los demás partidos se dividirían la cifra restante para alcanzar aproximadamente el millón de sufragantes que se calcula participará en la contienda electoral de final de año. ¿Qué puede pasar allí?
Muchas cosas, lo primero es que Aníbal Gaviria tiene mucho por perder y poco por ganar pues arranca desde arriba. Sus aliados son de conveniencia y no tendrán problema en huir si ven el que el barco comienza a hacer agua. Lo segundo es que Andrés Guerra claramente no termina de convencer a la facción dura de su partido que lo ve como una persona blanda, lo cual puede abrir paso a un candidato externo que represente la mano firme por la que suelen votar los antioqueños, como Rodolfo Correa. También puede ser que un candidato desconocido, proveniente de las entrañas del fajardismo como Mauricio Pérez, al final la contienda terminará apareciendo si algún hecho externo mueve la balanza hacia el centro izquierda del espectro político.
Muchos intereses se juegan en esta contienda electoral. De cara a las próximas elecciones presidenciales, en un momento como el actual en el que el hartazgo con la política tradicional y el tema de la lucha contra la corrupción están a la orden del día, es probable que se decepcionen quienes creen estar seguros de su victoria en las próximas elecciones a la gobernación de Antioquia. Recordemos que en política solo está escrito lo que ya pasó, lo que viene, por más que traten de dilucidarlo las encuestas, sigue siendo de una incógnita. ¿Se abrirá paso una tercería a la gobernación de Antioquia? Yo voy a apostar que sí.