En su último informe sobre el actual genocidio —porque es genocidio lo que ocurre hoy en día con los líderes sociales colombianos—, en lugar de que usted mencionara a los paramilitares del Clan del Golfo con ese, su verdadero nombre, empleó el de Autodefensas Gaitanistas, apodo con el cual —bien sabido es—pretenden enlodar la ideología gaitanista y la imagen de Jorge Eliécer Gaitán, mi padre, asesinado el 9 de abril de 1948.
Este sobrenombre es un disfraz usado por esos bandidos criminales, como parte de una sistemática campaña de memoricidio, que ha sido desatada, sistemática y premeditadamente, desde el año 2002, por las fuerzas más reaccionarias de este país, a fin de distorsionar la ideología del Movimiento Gaitanista, cuyo resurgimiento es temido por los que han gestado la violencia en Colombia.
Al denunciar a los autores de múltiples asesinatos y delitos, legitimando la utilización del nombre herético de “gaitanistas”, usted ha puesto en peligro la vida de quienes ideológica y éticamente sí lo somos. No es imposible que, por razón del memoricidio, algunos puedan confundir una ideología que ha padecido la calumnia, la persecución y la muerte, como es el gaitanismo, y piensen que nosotros pertenecemos a esa banda de forajidos que, en contubernio con sus mentores, buscan distorsionar y ocultar la esencia del gaitanismo que lucha por la justicia, la equidad y la “restauración moral de la república”, grito de batalla de mi padre.
Según entiendo, usted pregona que Human Rights Watch es una organización que defiende la dignidad humana y promueve los derechos humanos para todos. Por lo tanto, le pido formalmente que tenga a bien, de acuerdo a los objetivos de su organización, hacer un informe sobre el memoricidio que viene cometiéndose contra la memoria del pueblo gaitanista, contra la imagen histórica de mi padre y, además, atentando contra la dignidad y el buen nombre de los que actualmente nos declaramos seguidores del ideario gaitanista, que somos más de los que la gente cree, pues venimos siendo blanco de cancel culture[1], a más del memoricidio.
Nuestros antepasados fueron víctimas de un genocidio. Hoy, sus descendientes estamos siendo afectados en nuestra honra, bienes y derecho a practicar y revivir una ideología perseguida por los violentos de Colombia. Somos, entonces, merecedores de un informe neutral y objetivo por parte de Human Rights Watch.
Agradeciéndole de antemano la elaboración de este informe de derechos humanos, pongo a su disposición y/o a la de sus asistentes, toda la documentación probatoria de lo que afirmo.
[1] Cultura de la cancelación, que designa a un cierto fenómeno extendido de retirar el apoyo, ya sea moral, como financiero, digital e incluso social, a aquellas personas u organizaciones que se consideran inadmisibles