Paulina es uribista, al igual que la mayoría de colombianos. No entiendo por qué el apoyo al Iván Duque en la pasada elección presidencial le valió un linchamiento en redes sociales que hasta la obligó a cerrar Twitter en ese momento, ¿por qué no se hizo lo mismo con cada uno de los colombianos de la mayoría que llevó a Duque a la presidencia? La izquierda no le estaba cobrando a Paulina el apoyo a Duque. A quienes despotricaron de ella lo que les daba rabia, más que su preferencia política, era que Paulina sencillamente tuvo la suerte en la vida que ellos no pudieron tener. El resentimiento social y la envidia son dos rasgos absolutamente colombianos que la ex reina está condenada a palpar de por vida.
Lo que más me gusta de Paulina es que además de belleza tiene carácter. Uno podrá o no estar de acuerdo con ella, pero tiene convicciones políticas claras y no tiene problema en dejar de expresarlas por agradar a alguien. Y, los que la han tratado, cuentan que así es con todo en la vida. Hasta con su styling personal; si no le gusta el maquillaje o el peinado que le hacen, lo dice. Por eso las malas lenguas dicen que es antipática, cuando en realidad es franca. Quizá el carácter lo heredó de su padre, el cardiólogo Rodolfo Vega Llamas, que en algún momento aspiró a la Alcaldía de Barranquilla y no tuvo problema en desnudarse durante un acto público para representar cómo la corrupción estaba dejando a la ciudad.
Además, a diferencia de muchas otras ex reinas, Paulina ha tratado de dejar su reinado muy atrás. Hay muchas ganadoras de Miss Colombia o Miss Universo que no tienen mayor logro en la vida y dejan que ese detalle las defina de por vida -inclusive, hubo una que hasta se hizo un tatuaje con el título-. Paulina es de las pocas que no se presenta en redes sociales como “Miss Universe” porque, aunque sabe que eso la volvió lo que es hoy día, quiere ser más que una corona.
Otra gran diferencia entre Paulina y muchas reinas, es que ella no se fue a hacer el oso en una novela sin saber actuar, al estilo Taliana Vargas en Chepe Fortuna en Fugitivos. La ex Miss Universo pensó con cabeza fría después de su reinado y analizó cada oferta que le llegó. Ella sabe que si da un paso en falso le puede salir caro.
Quienes la conocen cuentan que Paulina es empresaria innata. Más que con ser reina se soñaba con sus propias empresas y por eso estudiaba administración. Tiene un excelente olfato para los negocios. Por algo se asoció con el empresario Jorge Mattos para ser imagen y accionista de Neos Moda, un centro comercial de varios pisos en pleno corazón de San Victorino. De igual manera sabe que su nombre es una marca que vende y vale. Aprovechó su relación con Falabella para lanzar su propio perfume. Así ha hecho con su blog y sus redes sociales. No es gratuito que sea una de las influencers que más cobra por un post en Instagram; lo hace porque su nombre vale.
En todo caso, Paulina sabe que su mayor pecado en la vida fue ser afortunada. Tanto la belleza, como la fama y el dinero le llegaron a muy temprana edad en la vida y por suerte. Mientras los resentidos y los envidiosos la señalan ella no pierde oportunidad para escaparse a una playa cada vez que puede y pasar el fin de semana en su traje favorito; un vestido de baño. Larga vida a Paulina.