Vale la pena preguntarnos realmente si el proyecto de reforma tributaria radicada está mal comunicada, pues tiene sus adeptos y en su gran mayoría detractores, porque el perfume que se huele en el ambiente es únicamente el de tener que pagar más impuestos.
Y es que para nadie es un secreto que ser ministro de Hacienda, llámese como sea, en el periodo presidencial que se esté, en la época de la historia que vivamos, nunca será fácil y mucho menos aceptar para los ciudadanos una reforma, pues todas las medidas necesarias, siempre resultan siendo impopulares, porque tocan el bolsillo de manera contundente, especialmente a la clase media, aquella que no recibe subsidios y es susceptible de bajarse de estrato más fácilmente, provocando que haya a futuro probablemente más gente concentrada en estratos 1, 2, y 3.
En los medios de comunicación, especialmente los tradicionales, aunque de manera bastante crítica, se ha tratado de explicar por qué es necesaria la reforma, a través de entrevistas directas al ministro Alberto Carrasquilla, quien a propósito en los últimos meses había sido muy reacio a hablar públicamente, pero con el tema mediático que lo acoge y a pesar del mal ambiente tuvo que salir a exponer su propuesta para la reforma tributaria 2022. Así mismo, un sinnúmero de expertos en economía han dado sus opiniones, donde claramente se evidencia que de no hacerse de inmediato, el hueco fiscal para Colombia será cada vez más grande, la deuda externa crecerá porque tendrá que proveerse de préstamos con intereses irracionales y, lo más grave, los avances en política social se verán obligatoriamente afectados, tales como: el Ingreso Solidario para la población en condiciones de pobreza y del que dependen en este momento más de tres millones de hogares, becas universitarias Generación E, sin las cuales para muchos jóvenes sería imposible tener educación superior, jardines infantiles con sus planes de alimentación y salud gratuita, entre otras cosas.
Por otro lado, hay mucha información y desinformación en el ambiente, y pareciera que las redes sociales solo se encargaran de comunicar lo negativo, la cara menos amable de la dichosa reforma, como el IVA a la gasolina, cuyo fondo de estabilización ha funcionado, así no lo parezca; el impuesto a las pensiones por encima de siete millones de pesos mensuales, y que solo comenzarían a tributar en el 2024 con un pago de $14.000 anuales en adelante, como quien dice que los que más reciben, tendrán que pagar más como es obvio; el plan de apoyo al empleo formal para los pequeños y medianos empresarios tampoco sería factible, lo que se resume en más empresas quebradas; servicios funerarios con el 19% de IVA, cuando por lo general, a las clases menos favorecidas no les alcanza para pagar mensualmente un seguro de este tipo y a veces hasta deben hacer “vaca” entre familiares y amigos, para enterrar a sus seres queridos; renta a partir de los $2'600.000 mensuales, y otros temas que seguramente se tendrá que revisar con lupa y mejorarlos antes de ser aprobados.
En resumen, estamos en un momento bastante crucial, complicado por todo lo que ha conllevado la pandemia, el crecimiento de la pobreza inminente con los cierres y cuarentena que afectan especialmente a los comerciantes, en un país polarizado hasta más no poder, donde la evasión tributaria es uno de los problemas más grandes, porque los colombianos somos expertos en hacer la trampa y quitarnos del camino aquello que nos molesta, especialmente el bolsillo.
Definitivamente, es una reforma bastante controvertida e impopular que nos tocará especialmente a los que vivimos en estrato 4, pero que si no ponemos de nuestra parte llegará un momento de colapso económico y, como siempre, los más afectados serán los estratos más bajos, que verdaderamente requieren de la política social, para “sobrevivir”, en un país que debe seguir remando en medio de grandes tormentas. Por lo tanto, es necesario informarnos bien, y la jefatura de prensa de la Casa de Nariño y del Ministerio de Hacienda tienen un gran reto para comunicarnos mejor, de manera contundente y creativa, y a los colombianos que no se nos olvide “hoy por ti y mañana por mí”.