En días pasados, la noticia del cambio de rector en Uninorte se convirtió en una sorpresa para la mayoría de la comunidad universitaria. Al Dr. Jesus Ferro Bayona muchos le debemos el apoyo a programas que nos permitieron llegar, en ese momento, a la mejor universidad de la costa norte.
Debo confesar que me llenó de pesar el hasta luego del Dr. Ferro, pero lo que me hace escribir esta nota es expresar de forma pública que los cambios en Uninorte son más de fondo que de forma, muchos de ellos se han aplicado en el tiempo y han colocado una careta a la actividad académica que la acerca a una boutique gigante que en ocasiones solo respira banalidad.
Como estudiante de primer semestre, tuve la fortuna de contar dentro del grupo de profesores, con un par que además de sus títulos nos llevaron de la mano y abrieron las puertas hacia el mundo académico y se convirtieron en una fuente inagotable de motivación, ya que no solamente nos invitaban a lidiar con el conocimiento específico de sus asignaturas, sino que además nos mostraron realmente que "¡ser pilo paga!". A partir de ese semestre, mi grupo se concienció en tomar clases con la mayor cantidad de profesores probos que pudiéramos con el único fin de mejorar nuestro nivel académico; pero esos dos primeros maestros fueron el motor para inscribirnos en semilleros de investigación, participar en convocatorias, cursos de alemán y francés y otras actividades que en comparación con otros compañeros que iniciaron con profesores "tipo" de Uninorte (es decir, profesores mediáticos, ultraflexibles, facilistas y con pocas excepciones "chambones") tienen, en el mejor de los casos, hoy en día, un cartón en sus casas, sin mayor ambición de encontrar un trabajo, que con la abundancia de graduados, están mal pagos.
A mediados de mi formación empezó el programa Ser Pilo Paga y trabajé asesorando a muchos de estos estudiantes y antes que me satanicen, debo dejar claro que sobre la integridad de estos jóvenes no tengo duda alguna; pero si es un hecho que en mi calidad de monitor observe que los niveles académicos se cayeron. Personalmente busqué razones que me explicaran la forma tan descarada en que se movieron hacia abajo los estándares, la forma tan descarada en que se multiplicaron por todas partes los profesores "chambones" y la flexibilización de todo el sistema. Al final, la razón se hizo más clara: la cantidad absurda de dinero que el gobierno le ha girado a Uninorte por ser una de las universidades que más estudiantes recibe por el Ser Pilo Paga.
Fuera de los discursos tendientes a endulzar las virtudes del citado programa, la idea de Uninorte se ha reducido a retener la mayor cantidad de estudiantes de Ser Pilo Paga para hacer caja, sin importar la calidad de los mismos y de todos los otros compañeros cuyos padres pagan quizás la matricula más cara de la costa pensando que sus hijos recibirán la mejor educación posible, cuando a razón de la verdad el único diferencial que están recibiendo estas cohortes de estudiantes es el certificado de universidad verde.
Ratifico, los estudiantes no tienen la culpa. Yo como un becario “Orgullo Caribe” entiendo y me duele la situación, lo ideal es que la universidad invierta todo ese dinero que han ganado no en la decoración de los pasillos con publicidad de sándwiches, ni a construir restaurantes Gourmet, sino en compensar cantidad con calidad. En especial, cuando ya es vox populi —razón que me llenó de valentía para escribir esta reflexión— que han despedido o defenestrado a profesores valiosos solo por ser probos y no adaptarse a la ola de mediocridad que ha permeado todas las capas de una institución a la que amo. Maestros que nos ayudaron a formar el carácter, que se convirtieron mediante sus testimonios de vida en nuestros ejemplos y a los que les agradecemos darnos las bases para estar en la lista de los mejores estudiantes de ingenierías y que nos permitirán iniciar estudios de posgrado en algunas de las mejores universidades del mundo en nuestras áreas de interés.
Sé que estas alturas habrán muchos indignados, buscando mi nombre para aniquilarme por mostrar esta realidad, pero basta alejarse un poco para ver el cuadro completo. Lo que puedo decirles es que somos más los indignados de este lado, los que apoyamos una universidad ética y digna.
Ojalá el nuevo rector traiga consigo nuevos aires académicos a la Universidad, se aleje de los cantos de sirena de muchos de los culpables de esta lamentable situación al interior de Uninorte y que tome como bandera priorizar la verdadera calidad académica. La cantidad de papers publicados en revistas ISI no lo es todo.