Invito a todas las organizaciones civiles, sindicales y ciudadanos demócratas a denunciar a todos aquellos políticos y candidatos que aspirarán a ediles, concejales, diputados, alcaldes y gobernadores que trafican con el empleo público ( contratos de prestación de servicios, trabajadores oficiales, libre nombramiento y remoción, provisionales y toda clase de tercerias laborales).
El empleo público es de la sociedad , y no es una mercancía negociable. Y menos para intercambiarlos por votos.
La democracia colombiana ha estado sustentada en esa práctica histórica y reproducida por los nuevos partidos de izquierda. Es además de una práctica deleznable de la democracia una conducta indigna con los desempleados del país.
Tanto profesionales como los analfabetas funcionales, todos, tienen derecho a ocupar un empleo público, bajo claras reglas de ingreso meritocrático, que ningún gobierno ha garantizado , y que ni el de la sra alcaldesa Claudia Lopez juro aplicar, ni ahora con el gobierno del cambio se vislumbran cambios.
Lo mismo de antes diría el finado Jaime Garzon, que apropósito, quien sabe que diría con el nombramiento de su hermana como cónsul en México o, de la filósofa margarita de Francisco con el nombramiento de su hermana como cónsul en EU.
Por el momento inició mis denuncias con un aspirante al concejo que ha sido como sindicalista ( miembro de una caverna obrera) un fuerte opositor a los concursos de de carrera administrativa, defensor a ultranza de las provisionalidades, y la paralaboralidad.
No se puede hablar de democracia, ni de cambio, ni de paz total, sin una administración pública moderna compuesta por una burocracia ingresada meritocraticamente en todos sus niveles.
JB. Sindicalista alternativo, ético y meritocrático
