Una pregunta muy difícil
Opinión

Una pregunta muy difícil

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enero 30, 2015
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Y un año muy difícil nos espera a todos en este planeta cada vez más pequeño por culpa de la agigantada globalización de la información y también de la acción sin reparos de los violentos contra los desarmados.

Al parecer hay una facción de intolerantes y fanáticos que le declaran la guerra a Occidente, otrora estandarte de la civilización y la democracia. Tambalean los imperios del capital por culpa de unos pocos desalmados que creen en el mismo Dios pero con otro nombre y con mayor propensión a la violencia para lograr el paraíso.

Una pregunta muy difícil: ¿Quién se atreve a parar al fanatismo religioso que seguirá atentando contra los símbolos de la democracia occidental?

En buena hora por estos lados de la América mestiza los fanatismos religiosos solo alcanzan hasta hacerse daño a sí mismos en una tórrida procesión de Semana Santa y enterrados en el olvido quedaron los juegos sangrientos de los aztecas y mayas con sus prisioneros de guerra.

Ni siquiera nos atrevemos a imaginar hasta dónde llegará el odio encarnado hacia otros semejantes solo por el hecho de no profesar devoción al mismo nombre de Dios. Habrá que perdonarlos porque no saben lo que hacen.

Mucho más cerca de nosotros se viene un año de coqueteos entre el Imperio del Norte y el diminuto Caimán Barbudo anclado a unas pocas millas de sus costas de Florida. Las relaciones entre la isla de la dignidad americana contra su archienemigo político y económico parece entrar en una nueva época de relaciones ahora que el Comandante Máximo se ha retirado a sus cuarteles de invierno.

Una pregunta muy difícil: ¿Cómo será la convivencia a partir de ahora, de un Socialismo decadente pero digno, contra la voracidad del capital a unas millas de distancia, en medio de una nueva vecindad de saludos y desconfianza por los cambios obligados en ambos bandos?

Los precios del petróleo caen dramáticamente y medio mundo dependiente de sus fluctuaciones vive en vilo por culpa de la crisis: los países consumidores festejan y los productores lloran hasta el cansancio. Una muy artificiosa crisis que tiene distintas aristas respecto a sus causas y que nos pone a los países que soñaron con la renta petrolera por siempre a recoger cuentas y a hacer dieta de pan y agua que no se sabe por cuánto tiempo.

Una pregunta difícil: ¿Se agravará la crisis del petróleo por culpa de las circunstancias de mercado o tendrá que resolverse desde lo político?

Mientras tanto en Venezuela es donde más se siente y se resiente la crisis del petróleo mundial por culpa de la excesiva dependencia de la renta petrolera y la incapacidad para conducir de manera acertada a una frágil y polarizada democracia que no encuentra respuestas en ninguno de los impotentes caudillos que afloran de todos los pelambres.

Una pregunta difícil: ¿Seguirá Venezuela con un espiral de violencia política para ocupar el lugar vacío que dejará Colombia en el continente?

En estos patios que nos mantienen —a pesar del verano— se crece el sembrado de esperanzas por una salida negociada al conflicto con el cual nacimos todos en esta violenta placenta que nos alberga. Una paradoja de los tiempos es que Colombia resulta atractiva para el capital internacional y se respira un clima de confianza pregonado por los heraldos del régimen, más sin embargo, el ciudadano de a pie se debate entre una inseguridad que acosa con el delito menor y una falta de respuesta por parte de quienes deben resguardarnos de los delincuentes.

Una pregunta difícil: ¿La paz del gobierno será la misma que esperamos todos en casita bajo el riesgo de salir a la calle y ser víctima de una delincuencia que toma el lugar de nuestros miedos y los hace el mejor negocio?

La paradoja que nos viene con los tiempos es que sellamos la paz de la Nación y dejamos de matarnos por asuntos políticos y a cambio, crecerá como mala hierba la inseguridad  en las calles de ciudades y poblados medios urbanos, por culpa de una autoridad impotente y basadas en causas que van más allá de la desadaptación social, la pérdida de valores y la exclusión.

Una pregunta difícil: ¿La casa por cárcel será la alternativa para todos los buenos hombres y mujeres que viven expuestos al atraco rampante y de poca monta, mientras entre las sombras crece la delincuencia al detal?

Coda: Cuando a alguien que está concursando en un reinado de belleza le salen con preguntas cargadas de estupideces que buscan extraviar hasta el mejor genio del universo o del mundo, es mejor responder con el calificativo repentino y Caribe de la bella barranquillera Vega. “Nojoda qué pregunta difícil”.

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