Una característica de este segundo gobierno del presidente Santos es el surgimiento de un nuevo tipo de política pública que podría llamarse "Express". Se definen como estrategias de impacto que sí abordan un problema sustantivo pero que no necesariamente representan la solución de fondo para el tema sobre el cual el Gobierno anuncia acciones. Sus protagonistas principales son capaces, sin la menor duda, pero muy mediáticos lo cual no es ni bueno ni malo sino que depende…
El primero por el volumen de recursos y por el impacto que ha causado es el vicepresidente Germán Vargas Lleras, con sus 100.000 casas gratis. Sin la menor duda, esta estrategia aborda un gravísimo problema social: la falta de un techo propio en amplios sectores pobres del país. No es totalmente descabellado, como afirman algunos, regalar vivienda a quienes no tienen la menor posibilidad de pagar nada distinto a su comida y eso. El problema –que ya está mostrando serias evidencias–, radica en que el vicepresidente cree que con eso basta y por eso el calificativo de "Express". Pero la realidad está atropellando este programa: un techo, sin duda es un gran avance para quienes nada tienen, pero definitivamente no es suficiente.
Y como los viejos errores en política pública se repiten, esta se construye a toda carrera olvidando elementos sustantivos que pueden crear problemas inmanejables de inmediato o en el mediano plazo. A manera de ejemplo, no puede haber un solo modelo de vivienda porque este país se caracteriza por la diversidad, entre otras, de climas. No es posible imaginar a un pobre en cualquier municipio de la Región Caribe o del Pacífico colombiano, viviendo en un apartamento minúsculo, similar al que se construye en tierra fría. Adicionalmente –y tan serio como lo anterior–, no se reconocen todas esas cosas que son fundamentales para vivir en estos nuevos arreglos de viviendas. Las quejas son permanentes; estas viviendas quedan alejadas de servicios fundamentales como educación y salud, y también de sus tradicionales tiendas que les fían sus compras y que les venden las mínimas porciones de alimentos que pueden comprar.
Pero a esto se suman los problemas de convivencia. El cambio de esquema de vida cuando, por ejemplo, estos beneficiarios siempre han tenido animales a su alrededor; el contacto a que están acostumbrados con la naturaleza; y el nivel de ruido con el cual han vivido y que en viviendas múltiples es difícil de manejar. Ahora, probablemente lo más serio sobre lo cual se escuchan reclamos es que entre los pobres, la familia es una unidad productiva que, probablemente ahora no puede realizar sus actividades en los pequeños espacios que ocupan. En fin, por hacer esta política de manera "Express" se corre a entregar casas o apartamentos a toda carrera porque hacer todo lo complementario demandaría demasiado tiempo.
Algo similar aunque probablemente menos grave, es el programa de la ministra de Educación, Gina Parodi, de las becas para estudiantes pilos. Claro que aborda un problema serio: la exclusión de estudiantes capaces pero pobres que no logran estudiar una carrea universitaria por su limitación de recursos. Es una iniciativa loable y les deseamos el mejor de los éxitos. Sin embargo, dada la crisis de la educación superior en Colombia, donde la cobertura es baja y la calidad cuestionable, esta estrategia "Express" puede ser una gota en el océano conformado por esa juventud capaz y absolutamente excluida. Por el momento es solo felicidad, pero la preocupación que existe es, ¿qué pasa con la educación pública a la cual no aplicó ninguno de los estudiantes beneficiados? Dicho en otras palabras, ¿qué va a pasar con todos los miles de excluidos del programa?
Un país profundamente desigual como Colombia solo puede empezar a reducir las enormes brechas sociales que aquejan a la sociedad con una educación publica de alto nivel. Si la política educativa "Express" no se complementa con el fortalecimiento de las universidades públicas en las distintas regiones del país, se mejorará la vida de aquellos beneficiarios que sobrevivan, pero el problema de la injusticia para una inmensa juventud continuará.
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