"En un principio parecía una locura, pero siempre creo en mí, en mi trabajo y en que, si me convenzo de ello, puedo convencer a los demás". Son las palabras del joven cineasta Daniel Bernal, creador de la Trilogía de la Depresión, un largometraje independiente hecho con menos de dos millones de pesos y de una hora y veinte minutos de duración.
Hacer Antología del Paroxismo nació hacia el mes de octubre de 2018 en una habitación en renta de esas llamadas cupos universitarios. En casa, el director Daniel Bernal y dos amigos: Cristina Ramos y Fernando Maldonado, preparaban un proyecto que fuese diferente a lo hecho actualmente. Fernando y Cristina pasaron a convertirse en productores del film, junto con el mismo director, acreditando el cargo en la película como "producción: Ramos-Maldonado-Bernal y productora: Cristina Ramos" pues fue en ella que la economía de la película se mantuvo en equilibrio. Bueno, solo por unos cuantos días. No por su trabajo, sino por la cantidad de imprevistos que se pueden presentar en una producción y de los cuales hablaremos más adelante. Por ahora acomódese en su silla, cama, sofá o donde sea que lea esto y entérese cómo todo empezó.
La película es una propuesta arriesgada, primero que todo por estar narrada en modo de antología: Capítulo 1: Torta Espacial. Capítulo 2: La Niña de Papá. Capítulo 3: Breathplay, pero enmarcada en la depresión como principal detonante de todos sus conflictos, es por ello su "apellido" Trilogía de la Depresión.
En la primera historia, un hombre es víctima de una serie de hechos que lo inculpan de algo que niega haber hecho. En la segunda, un hombre se entera en su trabajo de que está en el lugar equivocado y esto traerá consigo una serie de eventos desafortunados. En el tercero, los excesos en una fiesta traen consigo causas y efectos mortales para sus protagonistas. Cada capítulo corresponde a un género diferente: melodrama, cine noir, thriller psicológico, y, asimismo, musicalizados igualmente en forma distinta: clásica, rock, techno. Siempre es curioso saber de dónde sacan las historias los guionistas y esta no es la excepción. Daniel Bernal escribió Antología como largometraje después de: 1. volver a ver su primer cortometraje hecho en 2012 (con 18 años), mientras estudiaba administración de empresas en la Universidad Surcolombiana en Garzón (Huila). Sin conocimiento previo de cinematografía y confiando en su pasión e instinto escribió y dirigió Insidiosos siendo Torta Espacial un remake (muchísimo más elaborado) de su tan amateur primer trabajo. 2. Hace cerca de una década, un años después de graduarse del colegio como bachiller académico, escribió (sin conocimiento de cómo se hace un guion cinematográfico) Consecuencia de mis Actos, un texto supuestamente para cine ¡Con más de 150 páginas! De esas 150, tomó un par de escenas, reescribió a los personajes, estructuró mejor las situaciones y surgió La Niña de Papá. 3. En una visita a casa de su hermana para vacaciones en Garzón, se enteró por ella misma de un aberrante caso de feminicidio ocurrido en la ciudad de Neiva. Impactado por la carga del hecho, adaptó lo comentado por su hermana aquella tarde mientras jugaban Tío Rico y bebían café y creó Breathplay, la única historia real de la película.
Cuando Daniel Bernal convocó al equipo artístico en la terraza del centro comercial Gran Estación, para una primera reunión, en donde estaban entre otros, algunos de sus amigos egresados de la escuela de formación actoral Casa Actores, entre los que destaca a Diana Barragán, a quien considera una musa de inspiración a la hora de escribir el guion del film. Esa tarde se habló sobre el guion, se presentaron los productores, y se dejó claro algo: ¡A NADIE SE LE VA A PAGAR UN PESO! Pensar en hacer un largometraje sin pagar a sus actores es ya bastante descabellado, sin embargo, por convicción en el guion y en la visión de autor del director, nadie refutó nada y todos accedieron a filmar Antología del Paroxismo sin remuneración económica.
Claramente si existían tres productores era porque había dinero para invertir en la película, dinero que fue destinado a la alimentación, el pago de trasporte del cámara Nicolás Benavidez (Big Focos) quien no estuvo en la primera mitad del rodaje del film, por lo que al mismo director le tocó hacer de camarógrafo mientras no estaba en escena; igualmente, a algunos actores se les pagó transporte y un valor simbólico: a Laura Molina, sonidista, utilería, accesorios de vestuario y refrigerios entre otras cosas también fueron parte del presupuesto del film. Pero... ¿Qué tal es trabajar de esta forma?
El cine independiente se aleja de los estándares de las grandes productoras, si lo pones en contexto nacional, esto significaría una proeza, puesto que una película colombiana promedio asciende los 100 millones de pesos. El trabajo no terminó ahí, en el rodaje del último capítulo de la película el dinero se acabó. Así, tal cual. No había dinero, ya que se tuvo que rodar un día más que se salía del presupuesto y cronograma, de cuatro días estipulados, solo los domingos... ¿Una película en cuatro días? Una película en cinco días, terminaron siendo cinco.
Durante todo el rodaje Fernando Pieschacón, actor natural destacado en su personaje de 'El Jefe' y colaborador constante del director, sugirió un grupo de rock que conocía de bastantes años, como propuesta para la banda sonora original del film. Fueron varias semanas y casi un mes después que Daniel Bernal y Fernando Pieschacón se reunirían por primera vez con un cuarteto de músicos multinstrumentistas destacados como rockeros puros: Soulution. Tras varias sesiones de experimentación sonora y arreglos, puesto que los músicos preparaban su álbum homónimo, tres canciones originales fueron añadidas a la película: do you mine, monday face y religion, respectivamente. Soulution compone y orquesta su música completamente en idioma inglés.
En la película, considerada fuera de lo común por varios que han tenido la oportunidad de verla en funciones especiales, o "una vaina muy densa", el director homenajéa abiertamente a cuatro de sus grandes maestros del cine mundial: Quentin Tarantino, Gaspar Noé, Lars Von Trier y Stanley Kubrick, esté último de preferencia irrevocable a menudo describiéndolo como un dios del séptimo arte. El montaje en los tres capítulos varía, pues dependen de géneros diferentes y las actuaciones en cada uno de los capítulos se repite, es decir, el mismo reparto con tres personajes y contextos completamente distintos. De allí su fama de ser "una película arriesgada", en palabras de uno de sus protagonistas Andrés Estrada: "esta película puede hacer que el público la entienda, guste y quiera seguir viéndola o, desde la primera escena, se levante de la silla y salga de la sala." Un aviso de advertencia informa que [...debido al método utilizado para algunas secuencias de Antología del Paroxismo, quienes vean esta película pueden experimentar efectos secundarios como mareo y fotofobia]; después, una mansión se presenta ante el público mientras la cámara se mueve aparentemente sin sentido chocando fuertemente la visión y generando lo anteriormente descrito: no transcurren ni los primeros cinco minutos del film. Es por ello las palabras de Estrada.
El largometraje es la prueba de que no se necesitan millonarias sumas para contar una historia y que el cine es un arte que debe hacerse entre amigos. Actualmente, Antología del Paroxismo busca salas independientes para exhibición, mientras su director prepara ya su segundo largometraje en etapa de desarrollo: Los Niños Dulces, esta vez, con estrategias para poder financiarla e invertir un poco más en pro a obtener una calidad más elevada.