Actualmente la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia enfrenta uno de los momentos más controversiales en su historia como centro académico, la implementación de un nuevo sistema de cobro de matrículas que en lo esencial debería tener en cuenta la realidad socio-económica de los estudiantes upetecistas, de acuerdo al fallo pronunciado por la sección quinta del Consejo de Estado, el año anterior. Sin embargo, el nuevo modelo, contratado con el Centro de Investigaciones del Desarrollo de la Universidad Nacional-CID, lejos de plantear como base las difíciles condiciones que afrontan los estudiantes y la progresividad de sus derechos, se ajustó al mantenimiento de la sostenibilidad financiera de la universidad.
Las cifras dan la razón a quienes denuncian que se acentuar la privatización del sistema universitario. Según la más reciente rendición de cuentas de la administración de la universidad, los aportes de la nación al presupuesto de la institución se han reducido de un 60% (69 936 millones de pesos) en 2011 a un 49% (157 340 millones de pesos) en 2016 como proporción del presupuesto total, llevando a la academia a valerse de recursos propios para auto-financiarse. Dentro de estos recursos 38 405 millones de pesos corresponden al pago de matrículas de pregrado, demostrando la intención de recargar la crisis en las familias colombianas que ven en la UPTC la mejor opción para educar a sus hijos.
Ante la actitud antidemocrática de la administración universitaria y el recorte al presupuesto destinado a educación, investigación, ciencia y tecnología por parte del gobierno de Juan Manuel Santos, la comunidad universitaria y ciudadanía en general han decido volcarse a las calles y manifestar su inconformismo con políticas que vulneran la Educación como derecho fundamental y herramienta indispensable de movilidad social y necesaria en relación con la reducción de las inequidades sociales.
Frente a ello nos queda una gran pregunta: ¿De qué manera se llevará a cabo la movilización?
Rechazo contundente de actos violentos dentro y fuera del campus universitario. De entrada, la comunidad upetecista debe oponerse a las vías de hecho violentas, independientemente de su procedencia. Asimismo, se debe comprender que el problema no es la presencia de la fuerza pública, sino el desfinanciamiento progresivo de la universidad orquestado por el gobierno nacional y materializado en la complicidad de la administración de Alfonso López Díaz; por lo anterior, se presenta un agudo aumento del valor promedio de la matrícula, el cual se aproxima al millón de pesos, cifra que se aleja de las capacidades de pago de la comunidad estudiantil de la institución, desconociendo el papel fundamental que encomienda la constitución política al Estado como garante del acceso a la educación de los menos favorecidos.
Movilización pacífica, democrática y creativa. Hacemos un llamado a rechazar contundentemente el proyecto privatizador del acceso a la educación de los colombianos. Esto por medio de la movilización amplia y pacífica, a través de los medios democráticos y creativos. ¡Que vuelvan los abrazatones! Dejemos que la pintura y el arte sean la pieza fundamental en esta lucha por las nuevas generaciones, que las ideas sean el motor que impulse la construcción de un país al alcance de todos y esta fiesta democrática triunfe sobre la regresividad y el anacronismo de este perverso sistema que vulnera los derechos de las futuras generaciones de profesionales, investigadores y científicos upetecistas.