Ganó entre 52 hombres. Es de Irán y es mujer.
Maryam Mirzakhani, de 37 años logró romper la élite masculina que por años se había mantenido entre los profesionales de las matemáticas.
Fue galardonada con la Medalla Internacional para Descubrimientos Sobresalientes en Matemáticas, conocida Medalla Fields que es comparable solo con los premios nobel en esta área académica
Así lo reportaron esta semana la revista TIME y otros medios que consideraron el premio como uno de los adelantos mas importantes en la búsqueda por la igualdad de género en Estados Unidos y el mundo.
El éxito alcanzado por esta mujer, que además es madre y esposa, es realmente sorprendente. Aún siguen siendo muy pocas las mujeres que escogen este tipo de carreras, y aún son menos las que se mantienen y perseveran en estos campos.
Según investigaciones de la Universidad de Cornell, las mujeres solo llenan entre un 9 y 16 por ciento de las más altas posiciones académicas en las ciencias exactas en las 100 universidades mas importantes de Estados Unidos, a pesar de que en los últimos años han aumentado en mas de un 20 por ciento los doctorados que se otorgan a las mujeres en estas áreas.
Quienes han mirado más de cerca el tema, aseguran que la falta de mujeres en estos campos está estrechamente relacionada a decisiones personales que por lo general van de la mano con las dificultades que existen para balancear la vida profesional con la familiar.
Por eso me llamó la atención que en el cubrimiento que se le hizo a la noticia nada se mencionó al respecto. Mirzackhani está casada y tiene una hija, y en las declaraciones que encontré nunca mencionó el tema.
En The Christian Science Monitor, en el párrafo final se señala de pasada y rápidamente la aseveración de un colega de la académica en la que afirma que lo más difícil para las mujeres en estos campos “es que sus contribuciones intelectuales más importantes se hacen justo en momentos en donde también están enfrentando sus más grandes retos emocionales y físicos“.
Y es así no solo en estas áreas. Dicen que la edad ideal para tener hijos es entre los 30 y los 34 años de edad, y es más o menos en esa misma época en donde la madurez y la experiencia laboral podrían empezar a generar mas éxitos profesionales. Las mujeres nos vemos avocadas a escoger y ordenar nuestras prioridades, y a sacrificar una o dos de estas cosas.
Por lo menos en nuestra región, no tenemos aún sociedades que permitan el desarrollo completo y pleno de las tres al mismo tiempo. La falta de apoyo familiar, el desbalance entre los roles masculinos y femeninos en el hogar, y los estereotipos están muy presentes, y ni que decir de los tabúes al respecto.
En las ciencias exactas es aún más difícil. Entre empleadores y colegas existe la idea de que las mujeres están menos capacitadas para este tipo de tareas y de ahí que la competencia raye con la discriminación. Conozco varios casos de ingenieras, doctoras, y científicas que han tenido que renunciar a sus carreras para dedicarse a otros campos mas “femeninos”.
Por eso me hubiera encantado leer una entrevista en la que se le preguntara a Mirzakhani sobre este tema. Parecería que ella es un referente para las niñas que quieren seguir en estos campos, y desarrollar al mismo tiempo todas sus capacidades emocionales.
Mirzakhani Ha sido profesora en la universidad de Stanford en los últimos seis años, tiene un doctorado de Harvard y desde adolescente brillaba por su inteligencia.
En buenahora celebramos el éxito de esta joven mujer que se convierte en un “sí se puede“ para aquellas niñas y jóvenes que aun dudan de sus capacidades en las ciencias exactas.
