El paro nacional surge del peligro inminente de la autonomía alimentaria colombiana, los TLC con Estados Unidos y la Unión Europea, han traído consigo consecuencias nefastas para el campo colombiano, Colombia está importando papa, leche, maíz, arroz y todo lo que se produce en el campo colombiano, Colombia está importando 10 millones y medio de toneladas de alimentos, cuando en 1990 Colombia era autosuficiente, los campesinos Colombianos están produciendo a perdidas, así que la pobreza está tocando sus puertas.
Lo han denominado el paro campesino, pero la verdad es que es un paro de todos no solo están inconformes los campesinos si no toda la población en general, es un pueblo adormecido por varios años pero hoy por fin se levanta y sale a defender lo que por ley le corresponde, Colombia es un país que muestra fuertes niveles impositivos y altísimos niveles de corrupción en la administración. Muestra unas condiciones asombrosas de impunidad y de parálisis de la justicia y al mismo tiempo una elevada inversión en seguridad, así como altísimos costos para la ciudadanía en el mantenimiento del aparato militar. Muestra las más deplorables condiciones de desamparo para casi todos los ciudadanos de a pie que están cansados de que sean manejados como fichas de ajedrez que el gobierno nacional mueve a su antojo y lo que es peor aún que ese gobierno salga a engañar a su pueblo con falsas promesas que nunca son cumplidas.
Ver a los franceses marchando por las calles, armando barricadas ante un gobierno cuya legitimidad no desconocen, y haciendo temblar a las instituciones, nos confirma que Francia es el país de la Revolución, que ese país es respetable porque tiene orgullo y porque tiene dignidad, porque sabe de lo que es capaz cuando sus gobernantes olvidan que son pagados por el pueblo y que son apenas los representantes de su voluntad. Ante ese ejemplo se hace más incomprensible que una sociedad como la colombiana (donde ni siquiera los sectores fabulosamente ricos pueden sentirse satisfechos, pues el Estado que sostienen ya ni siquiera les garantiza la vida, donde nadie está protegido, donde el Estado no cumple sus más elementales deberes y donde todos los días ocurren cosas indignantes) sea tan incapaz de expresarse, de exigir, de imponer cambios, de colaborar siquiera con su presión o con su cólera a las transformaciones que todos necesitamos, pero la verdad es que el paro de los colombianos nos demuestra que esa Colombia adormecida está quedando en el pasado y que a pesar de las atroces injusticias de la policía nacional y del Esmad en el paro de los colombianos hayan sido muchas, el paro de los colombianos se mantiene firme a sus ideas y peticiones.
El ministro de Agricultura, Francisco Estupiñán, reiteró en declaraciones a medios locales la posición del Gobierno de que no habrá diálogo hasta que se suspendan los bloqueos, la realidad es que si los bloqueos son suspendidos difícilmente el gobierno se siente a dialogar, ¿por qué el gobierno Santos tiene que esperar a que el pueblo salga a protestar para hacer lo que le corresponde? Acaso es un gobierno incapaz?, o le quedo grande suplir las necesidades de un país donde la mitad de la población vive en condiciones de extrema pobreza?, la realidad es que el paro de los colombianos como prefiero llamarlo es la acumulación de promesas incumplidas a lo largo de los años por los gobiernos de turno que han sido unos incompetentes a la hora de solucionar los problemas de la sociedad colombiana.
“Juan Manuel Santos estaba silenciado con esto, de no ser por este paro. Decimos que este gobierno se dedicó a darle garantías a los monopolios privados y a la minería, eso es lo que atiende y no atiende a la producción nacional”.
