Una mentira repetida muchas veces se vuelve una “verdad”

Una mentira repetida muchas veces se vuelve una “verdad”

Recordemos a Goebbels a 75 años de la “victoria” rusa en la II Guerra. Fue el líder nazi quien elevó la propaganda a niveles inimaginables

Por: Rodrigo Garcés Córdoba
mayo 21, 2024
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Una mentira repetida muchas veces se vuelve una “verdad”

Es bueno recordar a Goebbels ahora que se cumplen 75 años de la “victoria” rusa en la última guerra global. Si bien algunos estiman que la propaganda empezó con Lenin, fue Goebbels quien la elevó niveles inimaginables.

El poder de la propaganda Goebbeliana fue tan enorme que un país como Alemania, de tan solo unos 65 millones de habitantes, creyó posible doblegar y tomar venganza del mundo entero, asunto que trajo destrucción, caos y pérdidas humanas y materiales casi que incalculables.  Sólo recientemente Alemania terminó de pagar la deuda que por ese motivo había contraído con Estados Unidos. Algo parecido pasa hoy día con el sionista Netanyahu.

Según Hollywood y muchos textos de historia occidentales, la “última” guerra que tal vez no ha terminado, la ganaron los aliados con los norteamericanos al frente. El gobierno “Green Gone” desplegó una fuerza de unos 180 mil hombres en Europa, de los cuales 80 mil héroes murieron en combate y fueron suficientes para ganar la contienda en ese continente. Las imágenes en Cinemascope y Tecnicolor de Hollywood a muchos nos quedaron grabadas desde niños como un rayón en el cerebro.

Algunas pocas fuentes no muy difundidas señalan que muchos de esos audaces combatientes no eran precisamente anglosajones blancos de ojos azules como lo ha sugerido Hollywood en sus heroicas películas.

Los americanos financiaron ejércitos amigos y algunos enemigos, es decir, a todos los bandos que les fueran de interés al gobierno de la época; los proveían de armas, pertrechos, raciones, aviones, barcos, combustibles, dólares y todo lo que hiciera falta a los ingleses, rusos y demás aliados, para derrotar al eje del mal “nazi”. Incluso le suministraron dinero y combustibles al propio enemigo autoproclamado ario por excelencia.

 Además, y como si fuera poco y sin ningún miramiento, atomizaron Nagasaki e Hiroshima en un acto que “salvó muchas vidas” y según se dice, puso fin a la guerra. Hay cálculos de muy expertos militares asegurando que la cantidad de muertos hubiera sido de millones y no cientos de miles de no ser por “Fat Man” y “Little Boy”. No extraña que algunos jóvenes japoneses de hoy en día crean que las bombas atómicas lanzadas en su territorio hayan sidoenviadas por los malvados comunistas rusos.

Algunas fuentes aseguran que la guerra la ganaron los rusos con el cruel sacrificio de 27 millones de almas pues no solo derrotaron a Alemania sino también vencieron a los japoneses en Manchuria expulsándolos de ese territorio chino, de donde saqueaban minerales estratégicos de los cuales no disponía Japón. Se rumora que los altos mandos militares del imperio nipón le aconsejaron al emperador rendirse cuando cayó Manchuria, pues consideraban que la guerra ya estaba perdida.

Pese a ello y en una manifestación de poder supremo, Truman envió un par de recados al emperador y al mundo entero que erizó de miedo la humanidad incluidos los gringos del común y muy especialmente a los rusos que decía: “la élite gringa: tu papá”. No se había acabado la guerra cuando Churchill ya quería que la tercera bomba se arrojara tal vez sobre Moscú o Leningrado para extirpar el comunismo de la faz de la tierra. Así fue como se tendió la cortina de hierro entre occidente y los países que formaron parte del Pacto de Varsovia.

Estados Unidos ya tenía un nuevo archienemigo bueno para hacerlo arrodillar en algún momento y si posible aniquilarlo, enemigo que al mismo tiempo sirvió para infundir miedo al mundo entero y que permitió al imperio adelantar acciones en muchos puntos del globo con el fin de detener el yugo que supone el totalitarismo comunista que amenazaba expandirse por todas partes como un cáncer agresivo. En altas esferas del poder se sigue viendo a Rusia como el enemigo a vencer, a pesar de ya no ser, para algunos observadores, un país comunista.

En tiempos pasados cuando algún poderoso o el propio gobierno americano cometía injusticias que no cabían dentro del ordenamiento jurídico, el “estado de derecho” (rule of law), protegía por ley a cualquier persona que sacara a la luz abusos. A estos individuos se les llamó “silbatos” (wistleblowers, alertadores).

Estas personas fueron dignas de admiración y respeto, no solo por su valentía sino también por su rectitud y valores. Existieron regulaciones que obligaban a la justicia a ofrecerles protección a esos individuos porque correctamente se advertía que muy probablemente ellos podrían sufrir represalias de manos de poderosas organizaciones o de los grupos acusados.

Hoy en día las autoridades competentes americanas especialmente el “todo poderoso gobierno federal” tachan de “teóricos de la conspiración” o de traidores a la patria a todo aquel que no acoja la verdad oficial, colindando con la abolición de la libertad de expresión.

Los medios de información o manipulación masiva que en su mayor parte están en manos de la poderosa colonia judía, al igual que el Hollywood del cine, de los efectos especiales, la realidad virtual y la animación; se han convertido en cajas de resonancia de la verdad oficial.

A todo aquel que se aleje de esa verdad se le denomina “conspiranoico” y cada vez con mayor rigor se les aplica censura, se les persigue, se les levantan cargos, se los mata o los suicidan. Un caso muy destacado es el de Wikileaks de Assange, Snowden y Manning, que a pesar de todos los intentos por liquidarlos han logrado hasta el día de hoy sobrevivir a pesar de la persecución y la tortura.

Algunos hechos ocurridos en años recientes nos indican que ciertos organismos internacionales multilaterales como la OMS y otras ONG globales se han convertido en instrumentos al servicio de las élites y el nuevo orden mundial que promueven sin ningún sonrojo.

Hay varios grupos de muy selectos y poderosos personajes que se reúnen en grupos en extremo influyentes, bastante secretos entre los cuales se destacan la Comisión Trilateral y el grupo Bilderberg que trazan políticas encaminadas al establecimiento del nuevo orden internacional que apoyan e imponen a como dé lugar a la humanidad, de la forma que sea necesaria, como por ejemplo, con acontecimientos quizás fabricados con el propósito de infundir miedo y ofreciendo una falsa seguridad por parte del “estado” a cambio de que la ciudadanía entregue sus libertades individuales.

El caso más llamativo y contundente de la manera como las agencias multilaterales mundiales secundan las agendas del nuevo orden quedó muy patente en el papel que jugó la organización mundial de la salud en la pasada crisis del COVID 19. Ese organismo avaló que las grandes farmacéuticas dispusieran de las salvadoras vacunas fabricadas en los más sofisticados laboratorios de ingeniería genética desde antes que apareciera el mortal y muy contagioso virus que se regó como pólvora por el mundo entero por culpa de un incauto y maldito chino que se comió un murciélago crudo pudiendo haberlo horneado, según “información” oficial muy seria de alcance y reconocimiento global en ese funesto momento.

Las directrices de la OMS fueron obedecidas al pie de la letra y sin mayores reparos. Los murciélagos siempre han infundido miedo pues se lesasocia con Vlad Drácula “El Empalador”, personaje funesto de antaño.

El mundo entero se puso tapabocas, se bañó con alcohol, desinfectó la comida y los zapatos y se dejó contagiar de todo aquello que generara miedo o sospecha. Algunos tomaron Clorox por instrucción de Donald Lime Duck Trump. Hubo encierro de cuatro paredes y muchos protocolos sin mayor sentido se siguieron al pie de la letra y no en pocos casos, en vez de reducir riesgos de contagio es posible que los hubieran aumentado.

El consumo de papel y plástico se multiplicó. Al que le picó el mal se le colocó, si había disponible, un “respirador” de los que nunca hubo suficientes y por momentos se generaron largas colas para esos equipos. Cuando un malogrado paciente pasaba a mejor vida ya había abundantes contagiados que rogaban por acceder uno de esos en teoría “salvadores” artefactos. El protocolo obligaba a colocar ese instrumento y dejar a los pacientes en observación en muchas ocasiones en coma inducido, tal vez esperando un milagro.

Muchos murieron y muy posiblemente esa práctica, cuestionada por algunos, colaboró para que se concentrara y expandiera la pandemia pues fue fácil que se contaminaran hospitales y también el abnegado personal de la salud que sufrió severas consecuencias.

Esos protocolos obligatorios para la comunidad médica, casi siempre se convirtieron en un obstáculo insalvable que no permitió en muchos casos “atacar los síntomas” de la gripa china.

Gran número de personal de sanidad, médicos, enfermeras y demás y en especial los de mayor edad y a su vez los más experimentados y diestros sucumbieron ante el “mal” que hasta el día de hoy no sabemos si el culpable fue el chino cochino, o si fue algo casual, espontáneo, creado, modificado o todas las anteriores.

El mundo entero obedeció el dictamen y quedó claro lo que las grandes mayorías aún hoy en día consideran cierto:  gracias a las supuestas vacunas sobrevivieron al virus y creen que las farmacéuticas les salvaron la vida y no un saludable sistema inmune. Las mayorías creen que gracias a las farmacéuticas y el accionar adecuado de los gobiernos lograron sobrevivir de una muerte casi segura.

Unos pocos “conspiranoicos” creen que las directrices de la OMS y los negociados mamotréticos que propiciaron y ocurrieron, sirvieron además para que a la corrupción generalizada y rampante se le abrieran todas las puertas de par en par, sin ningún tipo de control pues la emergencia de la pandemia todo lo permitió y ocultó y para todo hubo carta blanca.

No solo colapsó el comercio global y la logística de intercambio internacional y nacional, que provocó momentos de pánico y desabastecimiento de alcohol, jabón y sobre todo papel higiénico. Quizás lo más grave fue que se les dio un golpe mortal a las pequeñas empresas, especialmente las familiares, ocasionando paro y pobreza.

Por todo esto, en algunos círculos esa ONG de la salud ha quedado muy desprestigiada y también la mayor parte de organizaciones globalizadoras al igual que los políticos corruptos de muchos gobiernos “democráticos” occidentales que le hacen juego a esa agenda para algunos pocos “perversa”.

Hay ciertas estadísticas que rechazan los “científicos a sueldo” contratados por poderosos laboratorios que indican que ciertas enfermedades mortales se duplicaron entre la población vacunadaen todas las edades, comparadas con las muertes por las mismas causas entre la población no vacunada.

La evidencia es lo suficientemente grande y elocuente para que incluso el propio establecimiento no haya tenido más remedio que admitir, sancionar e indemnizar, aunque sea por los lados, a algunos pocos afectados por los malos productos de estos laboratorios que se lucraron como nunca con sus sospechosas “vacunas", aplicadas entre gran parte de la población mundial, en muchos casos incluso bajo amenazas.

Se comercializaron miles de millones de vacunas con pingues ganancias para las gigantes farmacéuticas que anunciaban protección en los medios masivos de comunicación cada una por su lado, que ya estaban compitiendo para ser el laboratorio más expedito y eficaz produciendo la mejor de las vacunas aceptadas de antemano sin ninguna prueba previa formuladas sin el rigor médico y científico que exigen las normas mundiales y así sacar al mercado un nuevo fármaco para el tratamiento de alguna enfermedad o padecimiento. Todo muy irregular…

Aún con tanta la evidencia en contra es muchísima la población que justifica y agradece el haberse “beneficiado” de las vacunas a pesar de haber contraído el “virus” en muchos casos varias veces, contrario a la promesa que ofrecían los laboratorios. Se dijo que de no haber recibido las tantas vacunas seguramente la dolencia podría haber sido más virulenta e incluso mortal, es decir, las vacunas dejaron de ser vacunas y se transformaron en paliativos de forma misteriosa, ya que no te protegían del todo de la gripa, pero eventualmente sí de la muerte.

No pocos casos de infestación y reinfestación hubo entre la población vacunada, revacunada y reforzada. No solo muchos padecieron el virus, sino que también muchos sufrieron graves secuelas e incluso murieron. Tal es el poder de la propaganda que logra que las mayorías creen haber sobrevivido la pandemia gracias a las supuestas vacunas.

El autoritarismo y la supresión de las libertades ha alcanzado niveles épicos con algunos acontecimientos recientes que ventila con fuerza de LEY el establecimiento occidental. El discurso del sionista y genocida Netanyahu tergiversa sus crímenes de usurpación y exterminio como su “legítimo derecho a la defensa”.

Habla de una guerra contra los terroristas de Hamas y mata más que todo niños y mujeres. También corta el agua potable, la energía y todo tipo de suministros. Además, se producen otros tipos más aberrantes de vejámenes que muchos justifican como daño colateral indeseado pero que se realizan con toda sevicia. El gobierno americano no solo apoya, financia, abastece y obedece a Netanyahu, sino que, además, a través de sus voceros con su doble moral ya muy característica, manifiesta estar en contra de tales acciones.

Las limitaciones en las libertades individuales han llegado a tal punto que una red social china donde se puede “publicar” cualquier locura que a uno le plazca y que posee la mayor cantidad de suscriptores entre todas las plataformas de redes sociales, incluso entre los gringos, quizás porque allí podemos manifestar libremente todo desatino que nos venga en gana, lo que otras plataformas “políticamente correctas” muy americanas no lo permite y censura.

Se le quiere prohibir operar en Estados Unidos a la red social china Tik Tok si no se la vende a alguien del gusto de ese “gobierno” democrático. Se ha llegado a decir que dicha plataforma es un instrumento de espionaje y adoctrinamiento, lo que corrobora que las redes sociales imperiales cumplen exactamente ese mismo propósito.

Pero la tapa que comprueba que la libertad de credo, pensamiento y expresión están en muy grave riesgo sino en extinción, es que tal cantidad de personajes en el legislativo gringo que quieren prohibir en el país de “libertad” el nuevo (viejo) testamento por ser antisemita… irónico por no decir ridículo ¿no les parece?

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