Para nadie es un secreto que Agro Ingreso Seguro fue una política uribista que favoreció al latifundio colombiano. De hecho, representa la manifestación más grande de una corrupción legalizada a través de un mandato presidencial. Como si eso fuera poco y como si las pruebas no bastaran, ahora se piensa excarcelar a uno de sus ejecutores, Andrés Felipe Arias, porque según la Corte Constitucional este señor es víctima de una condena injusta. ¡Tremendo descaro! Sí, tremendo descaro, porque mucha gente de buen vivir fue beneficiaria de estos dineros, por lo tanto, las pruebas están allí para que un juez competente las coteje y las haga valer. Recordemos que una reina belleza se lucró con las ayudas de Arias, así que por qué hay que premiar a un corrupto que se hace pasar por mártir cuando lo entrevistan.
Esto que está pasando con el exministro de Agricultura habla de una justicia hecha a la medida de los ladrones de cuello blanco, sujetos a los que un sistema incompetente favorece a cada rato con leguleyadas, con el fin de mantener la misma corruptela que nos agobia desde hace décadas, pero sin que sus responsables sean condenados por el daño que le causan a la sociedad. Jodido país en el que vivimos: el que se roba billones se lo lleva en hombros, pero el que se roba un azafrán se lo manda a la cárcel. Por eso las cosas están como están aquí, porque todo el mundo roba a diestra y siniestra, se adueña olímpicamente de lo que no le pertenece, para luego exigir un ejemplo que no vemos por ninguna parte.
Hemos visto durante esta pandemia cómo gobernadores, alcaldes y concejales se adueñan de los dineros de los más pobres, sin que por su mal proceder haya una sola condena. Amigo lector, los recibos suben mes a mes, todo sube realmente, los bancos joden a todos los que no pueden responderles y, para colmo de males, se despide a la gente de sus trabajos. Sin embargo, los que nos dirigen sí se dan el lujo de meternos la mano al bolsillo, imponiendo sobrecostos en los contratos que supuestamente licitan, y lucrándose de los chanchullos que engrosan sus cuentas bancarias. En este orden de ideas, resulta evidente que el sistema que tenemos beneficia al ladrón de cuello blanco, por lo que es normal que el día de mañana alguien como Arias salga a la calle y todo siga como si nada.
Una sociedad tan podrida como la nuestra tiene que recapacitar, si es que algún día se cansa de tanta corrupción y sale de la podredumbre que le llega hasta el cuello. La posible excarcelación de Arias la va a dejar mal parada, dará cuenta de su imposibilidad para legislar y ejemplificar el camino que le puede esperar a cualquier funcionario que se robe un peso. Le dirá al mundo entero que aquí se legisla con protección para el que tiene un apellido reconocido, porque según ella el delito de éstos por abolengo debe ser perdonando. Solamente un país llamado Colombia es capaz de vivir a costa de la corrupción.