Todos los días aparecen nuevas amenazas de guerra. No a las que ya estamos acostumbrados. Libia, Irak, Kosovo etc., que afectan regiones específicas y tienen un alcance limitado y aunque representan el horror en pequeña escala, esta vez Estados Unidos ha desafiado a China, lo cual son palabras mayores.
A comienzos de agosto la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos viajó a Taiwán, escoltada por aviones de la fuerza aérea y acompañada de Lloyd Austin secretario de Defensa. Estados Unidos desplegó en la zona tres de los once porta aviones que tiene en servicio. No se había realizado una visita de este nivel desde 1997 pues Pelosi es la tercera en la línea de sucesión en Estados Unidos, después de Kamala Harris. Este viaje se realizó a pesar de las protestas de China que señaló que cruzaba una línea roja que el gobierno de Estados Unidos no debía franquear y que representaba una violación de los acuerdos de 1979 según los cuales EEUU reconoció que China encabezada por la República Popular era la única representante del pueblo chino. Solamente 14 países de la ONU reconocen a Taiwán y son Estados pequeños sin mayor peso en las relaciones internacionales tales como el Vaticano, Belice, San Vicente, Tuvalu entre otros.
China respondió con un conjunto de sanciones, realizó operaciones militares sin precedentes, alrededor de la isla, declaró sanciones de por vida a los funcionarios taiwaneses comprometidos en la vista. Prohibió importaciones de Taiwán de productos de más de cien exportadores de la isla y algunas exportaciones como las de arena, insumo indispensable para la producción de semiconductores. Todo el tiempo señaló que las relaciones entre Taiwán y China son un asunto interno.
En 2021 el comercio entre la República Popular China y Taiwán llegó a 328.000 millones de dólares, mientras que el realizado entre Estados Unidos y Taiwán no llega a los 114.000 millones, de tal forma que entre las dos partes de China existen fuertes lazos comerciales y económicos, difíciles de romper. Henry Kissinger exsecretario de Estado y uno de los artífices del restablecimiento de relaciones con China señaló, a mediados de agosto, que Estados Unidos se encuentra al borde de una guerra con Rusia y China con resultados impredecibles.
En esta provocación está de por medio la consideración de los últimos gobiernos estadounidenses de que China representa una amenaza existencial y la principal amenaza para su hegemonía y que hay que detenerla antes de que sobrepase a la potencia del norte.
Desde el gobierno de Nixon y a través de un complejo proceso, Estados Unidos fue restableciendo la relación con China, hasta 1979 cuando el gobierno estadounidense reconoció la existencia de una sola China y establecieron relaciones diplomáticas y comerciales y a lo largo de los años han tenidos encuentros y desencuentros de diferente intensidad. Pero visto en retrospectiva, China durante ese periodo ha tenido un crecimiento promedio superior al 10 por ciento, aprovechó la inversión extranjera, principalmente estadounidense, para lograr un desarrollo exportador, industrial y tecnológico sin precedentes y consolidó una alianza estratégica con Rusia y con otros países a través los BRICS, alianza con India, India, Brasil y Suráfrica y a la cual pidieron recientemente ingreso Irán y Argentina. Lanzo la iniciática la Franja y La Ruta, conocida como la Nueva Ruta de la Seda, mediante la cual se promueven obras de infraestructura entre China y Europa en rutas terrestres y marítimas en asocio con 139 países. Ante una iniciativa como esta Estados Unidos y los Países de Europa Occidental no tienen ninguna alternativa, más allá de ofrecer algunos préstamos condicionados a través de la banca multilateral de Occidente, tal como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y que en la mayoría de los casos sirven paran apalancar y respaldar préstamos de la banca privada que buscan ganancias en el corto plazo.
En todo ese proceso China logro un extraordinario desarrollo tecnológico, en áreas como la inteligencia artificial, la computación cuántica, las redes 5G y 6G, exploración submarina, medicina clínica entre muchos otros campos, con la ventaja de que puede usar la acción centralizada del Estado para potenciar inversiones de largo plazo, pensando en su utilidad efectiva para el conjunto de la sociedad más que la rentabilidad inmediata para actores individuales.
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Estados Unidos subestimó la fuerza y la voluntad de China para defender su territorio y recibió una respuesta contundente, asimismo subestimó la capacidad de Rusia y su decisión de defender su territorio de una amenaza y hostilidad persistente por parte de la OTAN
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Estados Unidos subestimó la fuerza y la voluntad de China para defender su territorio y recibió una respuesta contundente, de la misma manera que subestimó la capacidad de Rusia y su decisión de defender su territorio de una amenaza y hostilidad persistente por parte de la OTAN.
La continuación de las vistas de importantes líderes de Estados Unidos, miembros del parlamento y un gobernador estatal hacen prever que la situación se está agravando y tal vez no es solamente la intención de Biden obtener un éxito en las elecciones parlamentarias de noviembre, sino una apuesta de fondo del establecimiento.