A los termales de Agua Tibia ubicados en las estribaciones del volcán Puracé, dentro del resguardo de Coconuco, al oriente del Cauca llegan los turistas nacionales y extranjeros para disfrutar de las medicinales aguas y el paisaje natural. Los visitantes pasan su horas y días, pagan a un particular por la entrada y por el servicio recibido pero lo que ignoran es que ese predio pertenece a la comunidad indígena de Coconuco y que aún no se sabe cómo el empresario turístico Diego Angulo se apoderó de él a sabiendas que las tierras de resguardo no se pueden vender, cambiar, hipotecar, que son inembargables e imprescriptibles.
Hace unos 20 años la comunidad, dentro de su proceso de saneamiento del resguardo, determinó buscar que esos terrenos volvieran a manos de sus legítimos propietarios. Y fue sólo en el 2013 en el marco de una minga de resistencia social y comunitaria, que el Gobierno Nacional y el ocupante de ese predio acordaron su negociación. Pasados tres años, no hay ninguna respuesta del gobierno colombiano mientras que el empresario no ha presentado al Incoder la documentación necesaria para el avalúo del predio para iniciar el proceso de compra de mejoras. Fueron estos hechos los que motivaron que la comunidad determinara cerrar el paso hacia el complejo turístico pero sin causar daño alguno al predio precisamente en la temporada de Semana Santa una de las que registra mayor afluencia de turistas.
Allí colocaron pesadas piedras, izaron la bandera rojo y verde del Consejo Regional Indígena del Cauca, hicieron fogatas para protegerse del frío y decidieron que permanecerán en el lugar hasta que tengan un documento en que se garantice que Agua Tibia vuelve al resguardo que tiene su título colonial. Pero fueron más allá, llamaron a la Defensoría del Pueblo, la Personería municipal de Puracé para que confirmaran que no existía daño alguno y en el acta hasta un corresponsal de un noticiero de televisión debió firmar el documento como testigo.
Lo que se ha hecho al momento es suspender un acuerdo en el que se otorgaba permiso al ocupante de ese predio para su acceso a ese lugar ante el incumplimiento de esos acuerdos y por lo tanto no hay ocupación alguna, reiteraron. Entre tanto unidades del Ejército y la Policía Nacional se mantienen en el centro turístico y los alrededores pero no existe orden alguna para el retiro de los comuneros porque permanecen pacíficamente dentro del resguardo y de ahí no se moverán mientras no se apague el sol.