El Presidente Petro se resiste a desistir de su propósito de enmendar el contrato con la firma china y poder volver un tramo subterráneo. Visitó en Beijing las oficinas del consorcio CHEC que construye el metro en Bogotá y tocó el tema con el alcalde Carlos Fernando Galán a quien además le ofreció financiar con recursos de la nación el paso del metro ligero al metro subterráneo.
Petro siempre ha responsabilizado a Juan Manuel Santos de haber saboteado su propuesta y no haber aprovechado los estudios que el entregó.
Para llenarse de más argumentos le pidió al Ministerio de transporte y a la Agencia Nacional de Infraestructura contratar un estudio con la Sociedad colombiana de ingenieros SIC para ver la viabilidad de su propuesta.
El estudio que costó $ 8 mil millones que fue revelado por el Presidente acompañado en la rueda de prensa por el Ministro William Camargo, el presidente de la ANI Francisco Ospina Ramírez le dio tranquilidad al Presidente. Este dice que utilizando la metodología beneficio- costo soterrar el tramo del borde oriental o carrera 13, les da mayores beneficios a los ciudadanos en términos de tiempos de viaje, emisiones contaminantes, siniestralidad, desarrollos inmobiliarios e impacto urbanístico.
El análisis de los resultados evidencia que de haber continuado con la primera línea del metro de Bogotá subterránea hasta la calle 127, el ahorro en tiempo de la gente en el transporte en los próximos 30 años alcanzaría $11,2 billones, mientras que la alternativa elevada solo permite ahorros por $3,9 billones por esto Petro insiste en las bondades del metro subterráneo.
El estudio igualmente dice que ajustar a un diseño mixto subterráneo y elevado, a diferencia de la infraestructura exclusivamente elevada, permitiría mayor liberación de espacios públicos para el disfrute de los ciudadanos, así como infraestructura para la circulación vehicular y ahorros en tiempos de viaje, que se verían reflejados en $ 6,9 billones, en beneficios económicos y sociales, con base en la ecuación a 30 años.
Con estos resultados, el gobierno nacional invitó a la ciudadanía y a la administración distrital, a dialogar sobre esta oportunidad que tiene Bogotá de desarrollar el mejor proyecto posible para los próximos 150 años, pero no hay ambiente en la Alcaldía para materializar el cambio.
Cabe anotar que la SIC dijo que su objetivo no era recomendar una opción específica, sino proporcionar una metodología para tener en cuenta futuros proyectos viales, en tal sentido el ingeniero Rafael Fonseca Zarate miembro de la SIC dijo se realizaron ejercicios académicos, sin emitir recomendaciones concretas sobre la primera línea del metro de Bogotá.
Días antes de que el gobierno nacional diera a conocer dicho estudio, el concejal de Bogotá, Julián Rodríguez Sastoque, a través de una tutela y derechos de petición logro que la SIC le entregara el estudio que, según el cabildante, allí se revela que un trazado soterrado costaba casi el doble que el elevado $25,3 billones frente a los $12,8 billones, además advierte que un eventual cambio en estos momentos, podría representar riesgos financieros jurídicos.
Porque actualmente se encuentra en fase de construcción, por medio de un esquema concesionario especial, que se acordó entre el gobierno nacional y el distrito, para implementar el proyecto de la primera línea del metro elevado por la avenida Caracas. Esta condición le impone particularidades, restricciones y riesgos, si se modifica a una opción subterránea.
El estudio indica también que el proyecto en construcción tiene estudios en fase tres, a diferencia del proyecto presentado en 2014 por la alcaldía de Gustavo Petro. Que solo tiene los estudios ambientales en fase 3 y el resto de estructuras, geotécnica, costos y obras subterráneas en fase 2.
Con el estudio de la SIC en mano, el ministro de transporte William Camargo se reunió con el alcalde Carlos Fernando Galán en su despacho para proponerle soterrar el tramo que va desde la Estación Antonio Nariño por la carrera 13 por la calle 72 con Caracas para conectar con la segunda línea que llega a la localidad de Suba, pero de nuevo el alcalde dijo NO.