Recomiendo mucho las declaraciones de Diego Vecino en El Espectador.
Me correspondió hacer la presentación del libro donde el Instituto de Memoria Histórica estudió el caso en mención, por ser el primero donde se produjo una sentencia dentro de los procesos de Justicia y Paz.
No se trataba tanto de investigar sobre el caso mismo de los enjuiciados como de analizar el funcionamiento de ese nuevo modelo de Justicia.
El resultado desde ese punto de vista no era propiamente satisfactorio, puesto que lo que se vio fue la dificultad para implementar esa ley y para que esa modalidad de Justicia fuera como se espera de toda justicia 'pronta y cumplida'.
Esto se ha ratificado hasta la saciedad, en cuanto no solo parece que la mayoría de los postulados por cumplimiento de los ocho años prescritos dentro de esa ley saldrán libres sin haber recibido sentencia, sino que también parece que justamente por no poder aplicarla como se esperaba, aquellos que no gozarán de su libertad será porque se les ha negado el beneficio correspondiente, también sin que medie sentencia para ello.
La entrevista que hace ahora María Flórez muestra otro lado de la moneda, como es lo que el postulado concluye o cómo lo afecta el haber vivido todo el proceso.
La conclusión sería qué tan inútil ha sido la ley para ser aplicada como efectiva lo ha sido para cambiar a los sindicados.
La precisión de conceptos que muestra Diego Vecino es solo comparable a la calidad en la forma de expresarse. Como esto es una contribución más a la campaña por la paz a la cual todos debemos contribuir, vale la pena citar algunos de sus conceptos:
"Nuestra presencia en el escenario militar debía finalizar para convertirnos en movimiento político".
"En tiempos de guerra, las verdades siempre son contradictorias, obedecen a la relación de fuerzas que se establecen y varían según les vaya a los bandos enfrentados".
"El silencio no es por parte de los postulados. Tal vez en este caso se aplica aquello de 'poderoso caballero es don dinero' a la hora de lograr silenciar las voces y las denuncias".
Respecto a la afirmación de Ernesto Báez en relación con ese proceso, según la cual fue una "negociación entre amigos desleales", comenta: "Ernesto Báez es un gran orador y sus metáforas siempre dan en el clavo. (...) Digamos que fue una negociación entre políticos que no coincidíamos en casi nada, excepto en considerar a las guerrillas un peligro para la,libertad y la democracia".
Sobre presiones para no contar la verdad sobre sus nexos con la fuerza pública: "Hay amenazas que se respiran en el ambiente, especialmente en las cárceles o en aquellos lugares que frecuentan nuestros familiares y amigos, quienes se angustian demasiado y nos trasmiten sus temores".
"Mientras Colombia no sea capaz de asumirse como víctima, pero también como victimaria, no podremos salir de esta tragedia y seguiremos cayendo en la trampa de ver la brizna en el ojo ajeno y no la viga en el propio".
"(...) la madurez en la conciencia política es el mejor seguro que tenemos para concluir que las armas son el peor aliado para defender ideas legítimas".
"Estamos atravesando la parte más decisiva de Justicia y Paz. (...) El fiel cumplimiento de lo establecido en Justicia y Paz es, además, en las circunstancias presentes, un mensaje directo a los negociadores de La Habana, (...)"
Sobre la voluntad de las Farc para desmovilizar a sus hombres: "No solo creo en su voluntad, sino en que la decisión de las Farc está tomada, lo cual celebro".