A finales del año pasado Naomi Klein sacó un interesante libro que se tradujo al español con el título: Decir no no basta (2017). En el texto hace un interesante análisis de cómo los movimientos sociales en Norteamérica vieron la necesidad de generar una mayor articulación en vista de la elección como presidente del Sr. Trump. Los defensores medioambientales, de las minorías, grupos étnicos, entre otros, unidos por una causa común, están en contra de lo que representa una persona como él en materia de derechos.
Así las cosas, no es difícil comprender las dinámicas a las cuales tienden, de manera acelerada, las políticas mundiales. Y nuestro país sigue la misma senda. Se eligió a una persona respaldada por los gremios económicos y políticos que intentan mantener el status quo a toda costa. Gremios que han participado de la vulneración de los derechos a los trabajadores, disminuyendo sus beneficios sociales (extensión en el horario laboral, la edad de pensión, la posibilidad de horas extras nocturnas); han lacerado su economía generando impuestos excesivos (iva del 19%, 4x1000, entre otros); sin permitir el ejercicio de sus derechos (salud, educación, vivienda).
Estas y otras más que estarán en la memoria de cada uno de los líderes sociales (vivos y muertos) que han pagado el precio por exigir la reivindicación de sus derechos. La elección que se hizo significa, una vez más para diferentes sectores sociales, una continuación en la exigencia por el cumplimiento de los derechos ciudadanos. La exigencia de la paz como derecho fundamental de la ciudadanía según la Constitución Nacional. Exigencia de la educación y por lo tanto (como ya lo han hecho gobiernos anteriores) la no disminución, sino el aumento del presupuesto para tal fin.
Así, tomados en grandes grupos, la exigencia es a velar por: la justicia, y la propuesta de unión de las cortes, cosa que lacera la independencia de la justicia. El medioambiente por la poca claridad y garantía para el cuidado de los páramos y el control para la explotación del crudo. Los derechos sociales, puesto que la salud necesita una atención inmediata a la que, por corrupción, no se le ha dado atención efectiva. Además de los otros derechos, educación, vivienda digna, vida digna, alimentación, entre otros.
Queda por decir que se tuvo la posibilidad de elegir alguien diferente de la política tradicional caracterizada por el clientelismo y la corrupción, pero no se pudo. La lucha continúa y nos queda la necesidad de articular(nos) (con) los diferentes sectores sociales. Al igual que con la elección del Sr. Trump, las lecciones son claras: es necesario articularse para defender los derechos.
El libro de Klein tiene un párrafo interesante que dice:“Que no nos baste con decir 'no'. Naturalmente, todo eso hay que hacerlo; pero también necesitamos proteger con uñas y dientes nuestro espacio para soñar y planear un mundo mejor” (pág. 295). La invitación es la misma, defender nuestros derechos. Entre más se articulen sectores sociales con objetivos comunes se podrá esperar mejores resultados. Si nos dividimos profundizando en rencores por cosas del pasado, que se pudieron hacer mejor, no conseguiremos el peso y la legitimidad suficiente. Es hora de pensar en reevaluar lo que se hizo, pero proyectar desde ya el nuevo trabajo aplicando las correcciones necesarias.
Klein, Naomi. 2017. Decir no no basta. Editorial Planeta.
