Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) se han agotado para atender los miles de pacientes contagiados con el COVID-19. El sistema hospitalario ha colapsado a pesar de los innumerables esfuerzos del gobierno y expertos en salud pública. Las alarmas están disparadas para salvar muchas vidas. La mejor vacuna es, sin duda, el autocuidado, la prudencia y la solidaridad.
Simultáneamente avanza la crisis económica y social del país con efectos devastadores en el empleo y la sostenibilidad de las empresas, especialmente las mypimes (grandes generadoras de empleo). Nuestra economía también está en cuidados intensivos; corresponde al gobierno, expertos y academia brindar soluciones para su recuperación, la cual tardará varios años.
El objetivo es claro: salir vivos de la UCI.
Tareas
- La recuperación económica requiere de un austero gasto público; esperamos que el presidente Duque así lo anuncie en su mensaje de instalación del Congreso de la República y sea concretado en el Presupuesto General 2021 y disponer de una hoja de ruta que permita el cumplimiento de la ley de la regla fiscal, suspendida hasta el 2021.
- Urgente definir e implementar un programa de empleo mediante una política agresiva de desarrollo productivo y exportador.
- El Banco de la República debe garantizar liquidez y control del costo del dinero.
- Dinamizar la producción agrícola (duplicar el PIB agropecuario) para generar empleo, riqueza y alcanzar seguridad alimentaria. Es inaplazable una reforma rural integral que desestimule la concentración de la tierra, aplicando interesantes recomendaciones contempladas en la Misión Rural ( 2015). El desarrollo agroindustrial alcanzado por Perú y Brasil es un referente.
- Un Estado eficiente que disminuya tantos trámites para crear empresas e igualmente es inevitable actualizar la legislación laboral acorde con la coyuntura actual y que estimule la creación de empleos. El gobierno dispone desde 2018 de innovadoras recomendaciones para rebajar los sobrecostos de contratación laboral que hoy superan el 50% de la nómina.
- Será inevitable endeudarnos (para el 2022 se estima en un 68% del PIB). Una vez se supere la pandemia se requiere un plan quinquenal para recuperar el actual nivel (60%).
- Apoyar actividades generadoras de demanda; extender plazos de créditos y facilitar el endeudamiento privado para los empleadores.
- Incentivos transitorios para la creación de empleo formal, con subsidios del gobierno provenientes de los aportes a pensión, cajas de compensación y riesgos laborales.
- Formación (técnica y tecnológica) para facilitar el acceso al mercado laboral.
- El gobierno nacional y entidades territoriales deben adelantar inversiones altamente generadoras de mano de obra: carreteras, puentes, escuelas, hospitales, parques recreativos, infraestructura y vivienda.
- Actualizar el estatuto tributario, eliminando exenciones y descuentos contemplados en la Ley de crecimiento económico 2019 y estimule la creación de empresas. Los estudios sugieren aumentar la base de contribuyentes, avanzar en la progresividad tributaria, bajar evasión (hoy supera el 40% en Renta y el IVA) y dinamizar los tributos municipales.
- Ampliar la oferta generadora de divisas, apoyando sectores diferentes al petróleo, gas y carbón, pues es incierto el horizonte de los productos energético-mineros.
- Implementar el conpes de la política de desarrollo productivo; los expertos sugieren eliminar barreras a la competencia, pues torpedean la transformación digital y tecnológica.
En resumen, para salir de la sala de cuidados intensivos (UCI) y avanzar en la lucha contra la pobreza e inequidad social se requiere que la economía crezca por encima del 4% anual. ¡Compromiso de todos!