El pasado 15 de agosto de 2023, Gustavo Bolívar vivió una de sus entrevistas más duras. Tenía que visitar el set del programa radial La Luciérnaga. Al frente, tenía a su director, Gabriel de las Casas. Un cruce de trinos con él lo había alertado sobre una posible carga en contra suya. En La Luciérnaga, el ambiente estaba tenso pero Gustavo Bolívar sabe sorprender a quienes no lo conocen. La beligerancia en redes sociales quedó atrás y le dio paso al carisma. A los diez minutos, se había metido a sus interlocutores a un bolsillo grande en donde cabía hasta Don Jediondo.
Cuando apareció en la lista de los alternativos que aspirarían al Senado por el Pacto Histórico, muchos creyeron que era un aparecido en la política. ¿Qué hacía el cultor máximo de las narconovelas aspirando al Congreso? Nació en Girardot en 1966 y su formación académica fue de unos cuantos semestres de Comunicación Social en la Universidad de la Sabana. Hijo de un farmaceuta que vivía de vender tratamientos para la vena várice y una enfermera que llegó a Bogotá y tuvo que salir de su pueblo después de vender la vieja casa en la que vivían. Bolívar se dedicó a vender repuestos puerta a puerta y duchas para llevar el pan a su casa. Sin embargo, antes de hallar en la televisión las respuestas a su pobreza, Bolívar se encontró al exministro de justicia, Enrique Parejo, el hombre al que Pablo Escobar intentó matar en Budapest. Para Bolívar, Parejo era la viva estampa del político incorruptible, una raza en vía de extinción.
Gustavo Bolívar al lado de Pecueca, uno de los protagonistas de Pandillas, Guerra y Paz
Luego, cuando intentó ayudar a que Enrique Parejo a ganar las elecciones internas del Partido Liberal para escoger el candidato a la Presidencia de 1994, sitial que le ganó Ernesto Samper, decidió dejar a un lado la política y empezó a meterse cada vez más de lleno en la televisión. Su gran debut fue el 5 de septiembre de 1999 cuando salió el primer capítulo de la serie Pandillas, Guerra y Paz.
Bebió de las fuentes de Víctor Gaviria y el lugar donde buscó sus actores fue Ciudad Bolívar. Allí consiguió a los protagonistas del primer episodio de su serie: Pandilleros de la vida real. Ellos fueron José Baquero, mejor conocido como “El Pitufo”; alias Casi Nadie, López, o el Come Perros. Esto comenzó siendo parte de un programa del Canal Uno llamado Unidad Investigativa pero debido al éxito que tuvo, lo compró RCN y se convirtió en un programa independiente.
La temática era completamente política. En uno de sus capítulos mostraron cómo un candidato a la Alcaldía de Bogotá llegaba a repartir lechona pero era sacado inmediatamente por la comunidad para que fuera a engañar a otra parte. El programa se convirtió en un éxito social. Le llegaron cartas de todas partes de Bogotá o de ciudades como Villavicencio o Manizales para que él mediara en la guerra entre bandas. Las cartas le llegaron a Samuel Duque, gerente de lo que antes se llamaba Telecolombia y le valieron a Bolívar el Premio Gestor de Paz en 2002 y se lo ganó después de hacer nueve desarmes de pandillas.
Muchos consideran esta serie como la fundación del género de la narconovela en el país. Algo que terminaría de redondear con lo que vendría después. Clásicos como Sin tetas no hay paraíso o El Capo, pero primero vendrían las vacas flacas. En 2004, después de que RCN compró Pandillas, Guerra y Paz, el propio Samuel Duque le informó que el programa no iría más. Así que sin trabajo y con sus ahorros se puso a hacer Sin tetas no hay paraíso. Lo hizo en seis meses. Él mismo puso la plata para publicar 500 ejemplares. Los repartió a periodistas reconocidos. Uno de ellos fue Julio Sánchez Cristo quien le hizo una entrevista de 25 minutos. Mientras respondía, la Librería Nacional pidió 10 mil libros, la Panamericana 5 mil. Ha vendido más de un millón, ha sido traducida a 15 idiomas y llevada al cine.
Desde entonces, Gustavo Bolívar se convirtió en un gurú. Muchos creían que era un justificador de paramilitares y de mafiosos después de escribir y estrenar novelas como Los tres caínes, pero la idea de Bolívar siempre fue apoyar a políticos de izquierda como Gustavo Petro, a quien respaldó por primera vez en 2018 y le dio 10 millones de pesos para su campaña.
Ahora, cuando pensaba regresar a la televisión adaptando la historia de una alemana de la llamada Primera Línea, cambió su rumbo y decidió disputar la Alcaldía de Bogotá. La baraja es amplia y aparece como uno de los tres candidatos con posibilidades de reemplazar a Claudia López. Tiene un fortín y es Ciudad Bolívar. Así apareció en su última visita a la localidad: amado, venerado, idolatrado y recordado por sus años en Pandillas, Guerra y Paz.