Foto: Twitter @Grajalesluise
Fue una tarde de toros con plaza llena. Solo que no en la tradicional Plaza de la Santamaría sino en una plaza privada, de la familia Sáenz de Santamaría en Subachoque, donde están unas de las mejores fincas de recreo de la Sabana de Bogotá.
El rejoneador Luigi Echeverri y su padre Fabio Echeverri Correa, quienes tienen su finca con criadero de caballos de carrera en este municipio, fueron los organizadores, además son muy cercanos al rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza, el plato fuerte de la tarde. Junto a él estaban los toreros Juan Solanilla y Paco Perlaza.
Se trataba de una especie de retaliación contra el Alcalde Petro por haber prohibido las corridas en Bogotá y este es el segundo año sin toros en la capital. Cuando entró el Procurador Alejandro Ordóñez, un súper aficionado de la fiesta brava, a ocupar el palco que le tenían separado, quedó claro que la fiesta del domingo se iba a transformar en un espectáculo político.
Ordoñez con su esposa y sus hijas llegó puntual. Bastó que el público lo viera aparecer para que se hicieran oír los aplausos cerrados, acompañados de un “que viva el Procurador”, “Toros si, Petro no”.
La corrida se convirtió en una alusión directa a la coyuntura política que vive Bogotá y frases como “destitúyalo (al toro) como hizo Ordóñez con Petro” no se hicieron esperar para referirse a la actuación del torero frente al toro. Solanilla y Perlaza le dedicaron sendos toros al Procurador quien se inclinó, en medio de los aplausos a recibirlos. En el momento en que uno de los toreros se demoró en darle la estocada final a un toro, uno de los aficionados gritó una frase que le que le arrancó la risa a los espectadores: “este está más verraco que el Procurador”.
Una tarde de toros que terminó convertida en una faena política.