Apoyada en su talento matemático y sin hablar inglés, Diana Trujillo, recién graduada del colegio Los Cañaverales, inició su recorrido hacia el espacio. Ya está en la Nasa donde es la líder de las misiones del robot Curiosity en Marte y ahora quiere ser astronauta.
Su gran aliado es el profesor de química del bachillerato a quien le asombraba la velocidad de Diana para resolver en tiempo récord problemas con alta complejidad numérica y ecuaciones complicadas. Con padre contador, los números no le resultaban extraños pero el camino era más largo. Empezó aprendiendo inglés en un colegio comunitario en Miami hasta lograr acceder a la universidad de Maryland de donde se graduó en ingeniería aeronáutica.
Entró a la Nasa como pasante en el centro de vuelos espaciales Goddard para la elaboración de naves espaciales que viajarían a la Luna y Marte, y cuando se abrió una vacante en el Laboratorio de Propulsión (JPL, por sus siglas en inglés) presentó su experiencia y fue aceptada en el 2008. Trabaja junto con otros dos profesionales de origen hispano y 45 profesionales más en el Curiosity, el robot que fue lanzado el 26 de noviembre de 2011 y aterrizó en el cráter Gale el 6 de agosto de 2012, logrando las primeras imágenes de Marte.
El trabajo de Diana es verificar la información que envía el robot a la tierra con una responsabilidad crucial como es la programación de las rutas que este recorrerá sobre la superficie del planeta rojo. El último hallazgo a finales del año pasado fue haber detectado gas metano, que usualmente es emitido por seres vivos, con los cual se abre la posibilidad de la existencia de alguna forma orgánica de vida en Marte. Diana Martínez trabaja en el corazón del que ha sido llamado el robot más curioso de la historia y ha sido testigo de primera mano de las revelaciones de los científicos de la Nasa a partir de los datos que ella recibe. Su ambición ahora es ser astronauta y se prepara día a día para alcanzar un propósito que no ve inalcanzable.