Las cadenas tróficas no funcionan tan fácil como nos enseñaron en la escuela, y desafortunadamente muchos estudiantes no le prestan mucha atención a la palabra “ecología” y piensan que esto solo se trata de reciclar, botar la basura en su lugar y hablar de emisión de dióxido de carbono. Lo que no saben es que entre el salto de un eslabón al siguiente en las cadenas tróficas solo se aprovecha el 10 % de la energía, y el 90 % restante se pierde en conseguirla. Es decir: una manada de pumas que se comen una vaca de una tonelada de biomasa (vamos a darle ese nombre para que sea más fácil de manejar por los lectores) solamente obtendrá beneficio neto de 100 kilos de esta biomasa que se convertirán en ganancia energética. Los otros 900 kilos se perderán (por leyes de la termodinámica) por ejemplo, en correr para acorralar a la vaca, desplazarse entre su hogar y el potrero donde está la vaca, etc. Estos cien kilos de biomasa se reparten entre todos los miembros de la manada, o sea que si hay dos, les toca de a 50 kilos, y si hay cinco, les toca de a 20 a cada uno.
Dicho de otra manera, la energía se va dispersando cada vez más, y esto también lo podemos ver con facilidad en la naturaleza: por ejemplo, hay muchos animales herbívoros que son grandes, lentos y con poca agilidad para desplazarse, es decir, es una gran cantidad de biomasa concentrada en una pequeña unidad de área, mientras que empiezan a aparecer los carnívoros, cada vez más pequeños, más ágiles y con músculos más fuertes. Esto se debe a que como deben invertir más energía en conseguir el alimento, deben cubrir unidades de área más grandes. Luego, si hay un depredador de segundo orden, este va a ser aún más ágil que el anterior, y a su vez cubrirá regiones más grandes: recordemos que este animal caza a uno que ya se desplaza por una zona mayor. Y así sucesivamente hasta que llega un punto que la biomasa está tan dispersa que para aprovecharla es imposible desplazarse caminando, y aparecen las aves como eslabón en la cadena alimenticia: al poder volar, pueden desplazarse por regiones más grandes en menor tiempo, gastando menos energía.
Entonces el lector se podrá imaginar que las cadenas tróficas tienen una limitación, pues llega un punto que la cantidad de biomasa es inaprovechable.
Ahora, algo que al parecer los seres humanos no hemos entendido es que la única fuente de energía utilizable para la vida de los habitantes de este planeta solo aparece si se lleva a cabo el proceso de fotosíntesis: todos los seres vivos dependemos directa o indirectamente de organismos fotosintéticos, y estos son las plantas.
Dicho esto, voy a proporcionar un ejemplo para que estos conceptos que expliqué anteriormente se entiendan con mayor facilidad:
En una zona de cien hectáreas de tierra existe cantidad de árboles útiles para el consumo animal capaces de producir 1000 toneladas de biomasa.
En esta zona existen principalmente tres especies de herbívoros: vacas silvestres, jirafas y un pequeño roedor, también silvestre, entonces, estas cien hectáreas de tierra podrían sostener cien toneladas de animales herbívoros.
También hay predadores: tigres, leones y panteras. Tenemos entonces que estas cien toneladas de herbívoros pueden soportar una carga ecológica de diez toneladas de animales carnívoros.
No debemos olvidarnos que los leones, tigres y panteras también se mueren. Podrían ser asesinados por otro depredador y vamos a poner como ejemplo al más feroz de todos: el ser humano, entonces, estas diez toneladas de carnívoros podrían soportar una tonelada de seres humanos. Y eso, que en este ejemplo hipotético estoy suponiendo que la dieta de los humanos es exclusiva de tigres, leones y panteras, es decir, no hay vegetarianos, veganos, y tampoco les gusta la jirafa, la vaca ni los roedores (esto para efectos didácticos)
Supongamos también que estos humanos son muy silvestres y que no entierran a sus muertos, entonces a medida que se vayan muriendo los cuerpos quedan a la intemperie y son devorados por aves de rapiña, que para que este sistema sea sostenible, la biomasa de aves de rapiña no puede ser mayor a cien kilos.
Entonces, de las mil toneladas de biomasa de los árboles, al llegar a un cuarto eslabón de la cadena trófica, ya solo hay disponibilidad de cien kilos, y cada vez más los animales deben cubrir áreas más grandes para poderse alimentar. Así que, apreciado lector, como usted se dará cuenta, nada que suponga la tala de un árbol es buen negocio para la vida en este planeta.
