Desde pequeña he tenido la sensación de que encajo en pocos lugares y la búsqueda de espacios y personas que me hagan sentir en casa ha sido una constante en mi vida. Por eso encontrar un grupo de amigos y amigas con los cual sentirse cómodo, discutir, pensar, crear y soñar es una de esas cosas que valoro y disfruto.
Fue muy tardíamente que llegué a definirme como una geek, de hecho llegué al termino solo después de cruzarme con la comunidad de software libre en el 2006 durante un FLISoL. Fue luego de ese encuentro que empecé a sentirme en familia con un grupo de personas que lentamente se han hecho permanentes en mi vida y con quienes comparto ideas, aficiones, visiones políticas, trabajo y proyectos. Con los más cercanos de ese grupo creamos un hackerspace hace casi cuatro años, hackbo, y luego con algunos de ellos y otros que eran también cercanos a temas tecnológicos nos involucramos en la discusión sobre la “Ley Lleras” en 2011 y creamos RedPaTodos. Tras un año de trabajo arduo y voluntario me ofrecieron trabajar en la Fundación Karisma coordinando proyectos en temas que apasionan y eso hago ahora: trabajar en lo que me gusta, desarrollo de proyectos alrededor de temas de la cultura libre y el acceso al conocimiento, y en mi tiempo libre, apoyo proyectos y actividades en el hackerspace.
Además de mantenerme felizmente ocupada, he encontrado una familia extendida que cada vez se expande más, porque obviamente con Internet, esta familia, la de karidma-hackbo-redpatodos se comunica con otras a lo largo y ancho del mundo. Mi red, la real, que pasa por lo virtual pero se concreta con los abrazos en cada encuentro, es una maraña de personas, hacktivistas y geeks que en todo el mundo hacen lo mismo que yo hago.
Cada viaje, y últimamente he tenido que viajar mucho, es pues, una oportunidad de encontrarse con varios de estos amigos y amigas. Generalmente las reuniones a las que asisto están relacionadas con mi trabajo y los proyectos que están en desarrollo y cada reunión es una oportunidad para el encuentro. Sin embargo, en cada viaje, trato de sacar un rato para visitar espacios donde habitan esos otros geeks. De suerte que me he vuelto con el tiempo una especie de cazadora de hackerspaces. A veces llego solo con el mapa, a saludar, por que veo en sus páginas que hay algún evento. Eso hice en Washington donde pasé una noche aprendiendo sobre biohacking con la gente de hacdc. A veces envío un correo a una lista o a un completo desconocido para luego de un intercambio de correos descubrir que esos desconocidos no lo son y que compartimos amigos cercanos, eso me pasó en San Francisco cuando contacté a las mujeres de Double Union, un hackerspace con perspectiva de género. Esta semana, que estoy en México, decidí visitar el Rancho Electrónico y le escribí un correo a tres de las personas que conocía que estaban vinculadas de alguna forma a este espacio, que confirmaron que podía visitarlos.
Cuando llegué al Rancho seguí las instrucciones, me abrieron la puerta, me dejaron subir a su espacio y no había nadie. Lo recorrí reconociendo los afiches de actividades que habían realizado: hackatones, FLISoLes, Conferencias sobre TPP, homenajes a Aaron Swartz, celebraciones sobre Snowden, reuniones sobre criptografía, talleres de programación y de electrónica. Y aunque estaba vacío me sentí en casa. Encontré la clave de wifi en el tablero, me conecté y me senté en un sofá a esperar que aparecieran. Lentamente fueron llegando, primero gente que no conocía, o con los que solo había compartido algún correo o un streaming, luego los viejos conocidos con quienes nos dimos el abrazo del reencuentro y finalmente los nuevos viejos conocidos, aquellos con los que estamos en listas de correo, con quienes desarrollamos actividades conjuntas a kilómetros de distancia, con ellos el encuentro es un verlos a los ojos y por fin ponerle rostro a una serie de discusiones, ideas y valores compartidos.
Luego de algunas horas mi vista al Rancho se volvió una pequeña fiesta, estaba compartiendo quesadillas en una mesa franca, tomando pulque y hablando de los peligros de la ley de comunicaciones que se está discutiendo en México, mientras escuchaba a Jeremie Zimmerman que también estaba de paso por este espacio y definitivamente me convencí que sus palabras eran ciertas. Cuando él estuvo en Hackbo hace tan solo unos meses, decía que los hackerspaces son como las salas comunes de una gran casa distribuida por todo el mundo, lugares a los que uno siempre puede llegar y sentirse en casa.
Viendo su sonrisa franca mientras bailaba al ritmo de la cumbia y escuchando las risas de todos en el Rancho no podría estar más de acuerdo.
@mapisaro
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