Hoy, el 9 de marzo, 2014, marca seis meses de encarcelación del coordinador general del Movimiento Pacífico de la Alta Montaña del Carmen de Bolívar, Jorge Luís Montes Hernández, bajo falsas acusaciones. La captura de Jorge Montes se relaciona con el movimiento pacífico que estuvo liderando con más que 50 otros líderes comunitarios, en la Zona Alta de los municipios del Carmen de Bolívar, San Jacinto, María la Baja, y Ovejas.
En Agosto del 2012, se empezó a realizar un proceso de reconciliación entre el corregimiento de Macayepo y la Alta Montaña en el municipio del Carmen de Bolívar, integrando a todas las comunidades en una caminata pacífica para exigir al gobierno el cumplimiento de los derechos socio-económicos, un reparación integral transformadora en el marco de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448) y un subsidio por la muerte del cultivo principal, el aguacate.
Del 5 al 8 de Abril, más de 34 corregimientos y veredas salieron del Carmen de Bolívar, dispuestos a llegar a Cartagena, pero se acordó suspender la caminata y establecer siete mesas de diálogo con el equipo administrativo del gobierno de Bolívar y algunos funcionarios del Alto Gobierno en San Jacinto.
En medio del proceso, fue regado en la zona el 3 de Septiembre del presente año, un panfleto, supuestamente firmado por el grupo paramilitar AUC “los Urabeños” y BACRIM, con amenazas de muerte, acusándoles a los líderes de ser guerrilleros y de haberse dejado sobornar por las mismas administraciones.
Posteriormente, el 9 del mismo mes, sucedió la captura de Jorge Montes, por las falsas acusaciones de los delitos de pertenecer al Frente 35 de las FARC-EP, concierto para delinquir, homicidio en personas protegidas, desplazamiento forzado, extorsión, y otros más.
A pesar de estar encarcelado 6 meses, Jorge guarda la esperanza y la fe en el proceso de las comunidades. Leen aquí sus palabras desde el Centro Penitenciario de Máxima y Mediana Seguridad en Valledupar, César.
“Tengo que confesarles que en ocasiones en este lugar tan oneroso donde estoy he sentido mucha aflicción, decepción, tristeza, pero sobre todo mucha impotencia al saber que en Colombia se juzgan a los inocentes mientras que los verdaderos delincuentes se pasean por todo el territorio y lo más indignante que el estado les paga para eso; pero al mismo tiempo reflexiono y siento que es necesario seguir luchando y que es un esfuerzo constante y de mucho sacrificio, tanto que toca sacrificar la libertad, la familia, la salud y si fuere necesario la vida. Pero todo no termina allí, toca ser tolerante, sagas, llenarse de paciencia pero sobre todo de todos los valores positivos que nos permitan concluir que la lucha es necesaria.
Es importante tener claro el objetivo de nuestra lucha que son la vida, la familia y los bienes, pero es necesario hacerlo de manera colectiva para que la fuerza sea mayor y se debe tener claro que es necesaria la unidad porque pueblo unido jamás será vencido.
Quiero recordarles que mi personalidad no me permite cambiar de manera de pensar, que mis principios son y serán los mismos y lo más importante es que no los presto, no los alquilo y mucho menos los vendo, por lo tanto les mando un parte de tranquilidad por que de aquí saldré fortalecido y con mucha claridad más de la que tenía sobre el estado en que vivimos.
Los invito a seguir luchando con mucho esmero para que por fin podamos lograr lo que tanto hemos anhelado, el progreso para nuestras comunidades.
Ha llegado la hora de cambiar la historia de nuestros pueblos y para lograrlo se necesita el apoyo decidido de todas las comunidades sin pensar en color ni raza, solo con el objetivo de que nuestros nuevas generaciones no vivan lo que nos ha tocado a nosotros.
Quiero dedicar también parte de este escrito a todas aquellas personas que se consideren siendo mis enemigos: pido a Dios que les ayude y que fortalezca a sus familias de una forma generosa y muy grande y que me ayude a perdonarlos de corazón, pues la venganza es de Dios y aunque me han torturado y desintegrado mi familia, no les guardo resentimiento y no los considero mis enemigos porque no está ni a estado nunca dentro de mis planes hacerle daño a nadie. Pido a Dios aleje de mí el odio, la venganza y el resentimiento y que me dote de sabiduría y tolerancia. En mis oraciones es mi deber pedir primero por los que sienten que son mis enemigos. Y les deseo lo mejor y que mi sufrimiento se convierta en la felicidad de ellos.
Por último los invito a todos coordinadores, representantes, jóvenes, mujeres, organizaciones de apoyo y comunidad en general a no dar el brazo a torcer.
Recuerden que no hay cosas imposibles, solo existen hombres incapaces. El pueblo que lucha con pujanza tendrá mejores generaciones.
Mi esperanza es poderme encontrar muy pronto con ustedes.
Atentamente,
Jorge Luis Montes Hernández
Mi fortaleza depende de la fortaleza de ustedes – unidos venceremos!
Valledupar – Cesar”