Una arriesgada jugada de póker
Opinión

Una arriesgada jugada de póker

La apuesta de Macron es a una coalición de centro para gobernar, ante la reagrupación de los extremos. Arriesga el pellejo, pero de pronto le sale una escalera real

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junio 25, 2024
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Los 27 países que conforman la Unión Europea fueron a las urnas entre el 6 y el 9 de junio. Hay en los resultados generales una tendencia hacia la extrema derecha en países como Francia e Italia, que viene creciendo desde hace tiempos (el resurgir del fascismo dicen algunos). Es una elección donde se escogen los 720 miembros del Parlamento Europeo, aun en manos del centro, que no debería tener mayores repercusiones en la política interna puesto que la agenda y la dinámica de esa elección son muy diferentes de las nacionales de cada estado miembro. Pero ha causado un terremoto en Francia.

La razón es que el partido Agrupación Nacional, RN. de extrema derecha que dirige Marine Le Pen desde el 2011, arrasó en la elección europea con el 31,5 % de los votos, ganando a todo lo largo y ancho del país, más que duplicando los votos obtenidos por Renacimiento el partido de gobierno encabezado por Emmanuel Macron. Macron ha interpretado ese resultado como una voz colérica de protesta contra su gobierno y sin tener la obligación o la necesidad de hacerlo ha adelantado para el fin de junio la primera vuelta de elecciones parlamentarias, con la segunda una semana más tarde. Una arriesgada jugada de póker, dicen adversarios y admiradores.

Doña Marina y su RN han encarnado la oposición por años.  La cabeza de lista europea de doña Marina, jefe de su partido, fue un niño prodigio, Jordan Bardella, de 28 años. Se dice que para contrarrestar ese efecto Macron nombró Primer Ministro a su niño prodigio, Gabriel Attal, de 35 años. Si Bardella gana la mayoría absoluta, Francia tendría un primer ministro de 28 años reemplazando a uno de 35. Eso si es la juventud al poder. Contrasta esa pugna dramáticamente con la elección presidencial norteamericana, donde el presidente Joe Biden, que busca la reelección tiene 81 años y su contendor, el impoluto Donald Trump, que descalifica a Biden como un anciano somnoliento, tiene78.

Pocos creen que el gobierno Macron, que no tiene mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, pueda remontar la popularidad de Bardella, quien obtuvo más de siete millones de votos en la elección europea. El llamado que hace Macron, quien no participa en la elección, a los franceses es no entregar el país a la extrema derecha con su agenda de endurecimiento de la migración, aislamiento de la Unión Europea, proteccionismo a ultranza, y recorte de libertades públicas a nombre de la ley y el orden. Dice que su agenda, que es la contraria, es la que Francia necesita y que no se puede proyectar ese resultado europeo a las realidades francesas. Y hasta razón tiene.

Francia tiene un régimen semiparlamentario. El presidente, cuyas responsabilidades principales son la política internacional y la escogencia del primer ministro, es elegido por un período fijo de cinco años, independientemente de lo que pase en las elecciones parlamentarias. Si la oposición gana, tendría que nombrar a un primer ministro, quien maneja la política interna, para que ejecute políticas contrarias a las suyas. Ya ha sucedido un par de veces en la Quinta República y a ello, muy a la francesa, se le llama cohabitación. Su apuesta de póker es poder armar una coalición de centro que le permita gobernar, ante la reagrupación acelerada de los extremos, que se preparan para el inminente combate. Arriesga el pellejo, pero de pronto le sale una escalera real. La importancia de un político se mide por los riesgos que toma.


En Colombia, hoy estamos en el peor de los mundos con un Congreso y un presidente con períodos fijos. No una cohabitación sino un mal matrimonio


Qué bueno sería que el régimen colombiano, donde presidente y Congreso andan cada uno por su lado, base de la ingobernabilidad y la corrupción políticas, fuera parecido al francés: mantener la integridad del ejecutivo, pero darle al parlamento todo su juego de modo que su composición refleje la opinión cambiante de la gente. Si así fuera el presidente Gustavo Petro estaría hoy en cohabitación con la coalición mayoritaria del Congreso que se le opone, y podría copiar el arriesgado juego de póker de Macron haciendo como él un llamado al constituyente primario, cuya principal expresión es el voto, para que lo apoye en una elección parlamentaria. Hoy estamos en el peor de los mundos con un Congreso y un presidente con períodos fijos. No una cohabitación sino un mal matrimonio.

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