La guerra ya no solo se desarrolla en la tierra, el mar, el aire y el espacio, ahora también se da en el ciberespacio. Y es lo que se conoce como ciberguerra.
El concepto de ciberguerra no está aún totalmente definido. Todavía existen algunas ambigüedades en torno a la significación del susodicho término por parte de los expertos en la materia.
A pesar de ello, se sabe –eso sí— que la confrontación sucede en el “terreno” de lo digital; es en este territorio donde ocurren los ataques a los sistemas informáticos y a las redes electrónicas de comunicación del enemigo.
La ciberguerra es una verdadera guerra no convencional y se trata de un conflicto de un gobierno o varios contra el gobierno de un país extranjero.
En este mismo orden de ideas quiero contarles que hace poco tiempo me enteré de la existencia de un programa que está a prueba de la censura y es conocido como Psiphon. Me gustaría así mismo que nos concentremos en esta app por todo lo que implica.
Es cierto que uno se puede conectar a internet a través del sistema operativo de Android igual o superior a 4.4.2. Y es cierto además que está disponible en forma gratuita.
Esta aplicación móvil fue desarrollada por el CITIZEN Lab. de la Universidad de Toronto, Canadá. Es conocida como la app que derroca a los dictadores, porque permite vencer la censura, es decir, las personas pueden navegar en internet con una conexión más o menos estable e ilimitada desde regímenes cerrados y hacer ciberactivismo. Difundir imágenes, vídeos, denunciar, etc.
Cualquier persona que posea un smartphone tiene la posibilidad de entrar a Google, Facebook, Twitter y demás redes sociales, pero en muchos teléfonos móviles no es posible realizar el acceso a Instagram. No sé por qué.
Yo hice el experimento de usar Psiphon para vivir la experiencia. Tan solo pretendía saber cómo era su funcionamiento, conocer la manera cómo se desarrollaba la navegación, pero fue un poco complicado y peligroso, porque mi celular supuestamente estaba ubicado en Atlanta, Georgia, Estados Unidos de Norteamérica. Atlanta es un lugar demasiado distinto a mi lugar de residencia. Y estoy absolutamente seguro de que yo no poseo el don de la ubicuidad.
Ese suceso fue registrado como algo extraño por el antivirus de mi celular, lo cual me impedía la navegación normal en el buscador de Google Chrome, al igual que el ingreso a mis redes sociales. Me llegaron muchas advertencias por parte Facebook, Twitter, LinkedIn y Google Plus de que Psiphon no era un sistema seguro, que cualquier persona, no necesariamente un hacker, podía robar todos mis datos y luego chantajearme o extorsionarme, inclusive
En pocas palabras: cualquier persona que se conecte a Psiphon está expuesta a que le descifren todas las contraseñas, ya sean bancarias o de otro tipo. Es más: pueden bloquearle el celular y luego pedirle dinero para restablecerle el funcionamiento o, peor aún, para no revelar las fotos íntimas u otra información personal.
No deseo infundirle terror a nadie, pues no soy John McAfee, ni vendo antivirus, pero considero que tengo que cumplir con el deber ciudadano de divulgar esta información. Toda persona cuando adquiere una información de interés general debe hacerla pública sin menoscabo de la prudencia debida.
Hay que ser muy cuidadoso hasta para aceptar las solicitudes de amistad en Facebook.
Quiero agregar que al conectarnos a Psiphon nos volvemos susceptibles de ser hackeados. Creo que por ahorrarnos algunos centavos no vale pena exponernos de esa manera tan fácil a que los amigos digitales de lo ajeno nos roben o suplanten la identidad.
Mi opinión, mi recomendación como asiduo usuario de las redes sociales que soy es a tener mucho cuidado con Psiphon. Les aseguro que nos hace más daño a nosotros que a las dictaduras. No estoy criticando a sus creadores, pero sí el mal uso que ciertas gentes le dan a este programa.
Se comenta que en el municipio de Maicao, en la Guajira colombiana, cerca a la frontera con Venezuela, la gente se conecta a Psiphon. En verdad, desconozco la razón de su implementación en ese lugar.
Lo cierto es que el gobierno de Venezuela ha denunciado una ciberguerra contra su sistema informático. Y ya ha hecho convenios con los gobiernos de Rusia y China para hacerle frente a este asunto.
Yo recalco que hay que ser muy precavido tanto en el mundo real como en su extensión, el digital. Si los gobiernos se blindan ante estos ataques, con mayor razón nosotros, que somos tan vulnerables por nuestro desconocimiento de algo que usamos a diario. Y que en realidad todavía no sabemos qué es internet.