A Daniel Quintero no le quedó de otra y empacó maletas para hacer un viaje exprés. Sin solicitar autorización del Concejo y costeando el vuelo de su propio bolsillo, el alcalde viajó a Italia con una única e importante misión: hablar con Petro. Aunque de Medellín a Bogotá solo hay 245 kilómetros (sin escalas), a Quintero le resultó más sencillo viajar 9.267 kilómetros (cruzando el Océano Atlántico y con escala en Paris) para hablar con el presidente electo. Del extenuante viaje solo quedó el involuntario registro fotográfico de Quintero revisando su celular, pues la foto de Petro y el alcalde todavía no se ha publicado.
No deja de resultar curioso que uno de los principales aliados de Petro en campaña se haya visto obligado a cruzar media Europa para concertar una tradicional conversación poselectoral. Y lo hace cuando Esteban Restrepo- su principal ficha en el empalme- no ha logrado consensuar un discurso de unidad entre los sectores políticos y empresariales antioqueños. Es más, el rol de Restrepo se ha cuestionado -con el gobernador y varios alcaldes declarándose en rebeldía- y algunos han interpretado su mediático empalme Antioquia-Nación como una movida de Quintero para tomarse la vocería del Pacto Histórico en Antioquia.
Tampoco tiene sentido que Quintero se haya visto obligado a viajar hasta Italia para hablar con Petro sobre el futuro de los cinco metrocables o sobre Hidroituango. Si ese fuera el caso, tal vez le hubiera salido más económico programar una videollamada por zoom. Es más, siendo el alcalde de la segunda ciudad más importante del país, no dudaría en que será de los primeros convocados en la Casa de Nariño (aunque Petro ya se tomó la foto con Claudia López); sin embargo, Quintero no quiso esperar y asumió el costoso viaje. ¿Acaso, se siente desplazado o ignorado por Petro?
Lo cierto es que las fichas de Quintero no tienen mayor peso en el empalme nacional. Ni Esteban Restrepo, Juan Pablo Ramírez o Diana Osorio (su esposa), fueron convocados por Petro para liderar algún empalme ministerial y casi que, por las últimas, se creó la sui generis figura del empalme Antioquia-Nación para otorgarle a Restrepo una responsabilidad. No obstante, Restrepo, un destacado “barra brava de Twitter”, se ha encontrado con múltiples resistencias. Tanto políticas como empresariales. Algo bastante extraño en un proceso caracterizado por su dimensión eminentemente técnica.
El desconocimiento a Restrepo obedece tanto a las rupturas del alcalde con ciertas élites locales como a la negativa de aceptar a Quintero como el único interlocutor válido entre Antioquia y el gobierno Nacional. Sin duda, Quintero ha dinamitado algunos puentes y su estilo confrontacional ha propiciado múltiples heridas. Es un estilo que no resulta ajustado al mensaje de concertación y respeto que Petro viene posicionando en la opinión pública. Además, el Pacto Histórico no se puede reducir al sector de Independentes o si quiera la votación de Petro en Antioquia se le puede endosar exclusivamente al grupo de Quintero.
Es más, si nos atenemos solo a los resultados, a Petro no le fue del todo bien en Medellín (donde la meta se trazó en 500.000 votos). En la primera vuelta Federico Gutiérrez le sacó 327.595 votos y en la segunda Hernández lo superó en 311.805 sufragios. Evidentemente Petro creció frente a lo alcanzado en 20 18, pero en esta oportunidad contaba con un alcalde aliado, el mismo que desmanteló parte de su gabinete para que saliera a “buscar votos”, tan comprometido con el “cambio en primera” que hasta se hizo suspender por la Procuraduría; sin embargo, también el alcalde más impopular en la historia reciente de la ciudad (según todas las mediciones) y con una alta imagen negativa entre los sectores alternativos de Medellín.
Sin desmeritar el trabajo de Independientes y aclarando que no fue el único sector que le hizo campaña a Petro en Medellín: Federico se convirtió en el candidato con la votación histórica más alta jamás registrada en una primera vuelta (603.092 votos); y, Rodolfo Hernández alcanzó la votación histórica más alta jamás registrada en una segunda vuelta (684.161 votos). Son datos y hay que darlos.
Tal vez, solo pienso, en su largo viaje a Florencia, Quintero reflexionó sobre esos resultados y su peso en el agregado nacional que finalmente le otorgó la victoria a Petro. Tan importante como para tener un ministro de su cuerda -todavía hay tiempo para que ingrese Restrepo, Ramírez o su esposa -, el control del Pacto Histórico en Antioquia (el bolígrafo para definir las listas en el 2023) y el camino despejado de cara al 2026. ¿No lo creen?