Mientras existan cerebros manipuladores y sucios, que buscan fortunas y poder no habrá paz. Guerrilleros y soldados obligados a enfrentarse son los que deben hacer la paz. Son ellos las victimas obligadas por quienes dirigen las guerrillas y están en la Habana y quienes dirigen las fuerzas armadas colombianas con equivocaciones que coartan la libertad. Por otra parte organizaciones paramilitares entran al conflicto persiguiendo a los mismos obligados. Quienes están obligados en este conflicto mueren y no ganan nada, siempre pierden.
Hoy los mal llamados voluntarios, son personas que han perdido tras la palabra firmes, la libertad, la palabra, las esperanzas de una patria libre y se les obliga a olvidar la dignidad, el honor, y las letras de la oración patria; Muchos mueren en el proceso. Otros pueden terminar en concejos de guerra por falsos positivos o por no actuar contra el enemigo. Quienes han cometido errores deben ser juzgados. Si son guerrilleros, secuestrados y obligados perdieron su niñez y juventud enfrentados a unas ideas que no comparten, pero son obligados por el fusilamiento o con la muerte de sus familias; eso lo han revelado los miles de reinsertados que cuentan los vejámenes a los que son sometidos, o la persecución de los paramilitares.
En Colombia somos respetuosos de las leyes; razón por la cual esperamos que la ley cumpla sus deberes y obligaciones ejerciendo con honestidad el juzgamiento del delincuente. De no ser así, ningún proceso o intención de paz servirá, porque se crearan más grupos en busca de beneficios y perdones mientras el pueblo pobre y noble sufre las consecuencias. Los cerebros que producen el delito deben ser investigados y sancionados según las leyes colombianas. Quienes falten a la constitución y a las leyes en estos procesos induciendo a los subalternos a cometer delitos contra la patria también deben ser condenados y juzgados por sus errores. ¿Un proceso de paz enredado y con muchos problemas de entendimiento y mentira, sirve?
Si se le diera de baja a quienes se sienten obligados por ley a estar en las filas militares, y se permite a los guerrilleros que están obligados, a abandonar las filas, se acabaría la tal guerra creada y dirigida por unos vivos, que quieren mantener al colombiano enredado en un conflicto. Esas armas ya no tendrán quien las maneje y sus jefes quedarían solos. Estos muchachos son los que sostienen con sus armas, a sus jefes; obligados, mantienen al pueblo, sus hermanos colombianos, viviendo bajo sus órdenes y con miedo.
¿Cuál será el verdadero resultado de un ejercicio como este? ¿Los que queden serán capaces de enfrentarse y matarse defendiendo los emporios económicos metidos en los bolsillos de estos personajes y han sido conseguidos con el delito? ¿Se podría medir la verdadera fuerza armada enfrentada en un conflicto que ya toco fondo? Militares y guerrilleros obligados tiemblan las 24 horas, porque como hijos de Dios esperan vivir felices y no morir enfrentados defendiendo lo que ellos no se inventaron. ¿Y las familias que sufren las consecuencias que pensarán? Sería muy diferente que nos uniéramos para defender la patria de países que nos quieran invadir porque habría una verdadera causa y todos iríamos voluntariamente. El colombiano no puede permitir que se pierda lo poco que nos queda de libertad conseguida durante muchos años. ¿Cuál sería el futuro de las familias? Colombia está en peligro. Con todo respeto solo invito a reflexionar.