Lo peor fue cuando colocó la tecla en on y la cosa en forma inmediata comenzó a dar vueltas alrededor de sí misma, como una elipse o una serpiente, izquierda derecha, derecha izquierda, armónicamente, subía y bajaba y se movía por todas partes, como endiablado, hechizado con seguridad, y lo más extraño es que no hizo ningún ruido, ni siquiera el bizzzz que hacen los aparatos que no hacen ruido. Se movía en completo silencio. Lo apagó aterrorizado, como cuando se coge una araña peluda por azar, y lo dejó nuevamente en su sitio inicial, con dos deditos, en la misma posición y sin acordarse muy bien cómo es que estaba colocada, si sobre la base o recostada sobre algo. Solo buscaba una maquinilla de afeitar, que se acabaron, y de estúpido se puso a mirar en las cosas de ella, en las cremas y los potingues, y de más estúpido aún rebuscó más, el interés a lo desconocido, y lo vio al fondo, tras los sostenes que nunca ha visto. La base es rosa, el aparatico azul celeste, y su forma indudablemente llamativa. Sabía lo que era, lo ha visto o imaginado ver cuando mira televisión a las tres de la mañana, su apariencia retadora. Pero no comprendía, no entendía qué hace su mujer con un juguetico de esos, ayudas que fueron inventadas para mujeres insatisfechas, que se venden en reuniones de mujeres amargadas con risotadas falsas, destinado para el uso de solteras, separadas y viudas, lesbianas y raras, y no para ser utilizada por su propia mujer. Ella es una pervertida, sentenció, una depravada y viciosa, reafirmó, y lo primero que hizo fue marcar el teléfono del abogado Mc.Allister, el divorcio ahora sí que queda plenamente justificado y resulta inminente. El abogado estará de acuerdo en que lo que acaba de descubrir es mil veces peor que tener diez amantes a la vez y no habrá juez que no caiga en cuenta de ello. Los jueces son ecuánimes, razonables y objetivos. Y la justicia ciega. Para colmo, el coso ese era made in USA, marca registrada, de pilas recargables, de tres velocidades y mando a distancia, biodegradable, pintura anticorrosiva, con garantía de un año, y no made in China como todos los utensilios y cosas de la cocina.
Un utensilio sospechoso
"No todo lo que parece es oro", otro de los escritos de nuestro escritor Manuel Mejía G.