Nicolás Maduro ha acudido nuevamente al truco más viejo de la política interna de un país, posiblemente la estrategia más eficaz del populismo: la amenaza externa. Según informes de prensa, “Durante un acto con militares en Caracas, Maduro anunció que declaraba una alerta naranja en toda la frontera que el país comparte con Colombia, y además ordenó la realización de ejercicios militares en esas zonas limítrofes, en vista de una supuesta intención de Colombia de crear un conflicto entre las dos naciones.” Según Maduro, el gobierno de Duque "no solo ha metido a Colombia en una guerra que recrudece, sino que ahora pretende un falso positivo (un montaje) para agredir a Venezuela y empezar un conflicto militar”. A juicio del líder chavista, Bogotá se encuentra tras "una maniobra” para "escalar” acusaciones falsas y aumentar tensiones. A su vez, el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo puso de presente que los vínculos del régimen venezolano con los grupos armados ilegales colombianos «es un fenómeno criminal que tiene más de dos décadas» y resaltó que «el relacionamiento de los dos actores ha sido expuesto continuamente por el gobierno colombiano». Explicó que el Eln es ampliamente tolerado por autoridades venezolanas. “El grupo es capaz de operar con casi total impunidad gracias a los cercanos lazos que tienen con las fuerzas de seguridad”.
El viejo truco de denunciar enemigos externos sigue dando dividendos políticos a corto plazo aunque luego acabe en tragedias. El enemigo externo puede ser un país o un grupo. Según reciente informe, Víktor Orbán, el primer ministro húngaro, ha dicho que “los inmigrantes son violadores, ladrones de empleos y un veneno para la nación” y construyó un muro para mantenerlos fuera. Para Vladímir Putin, Estados Unidos estuvo detrás de las “revoluciones coloradas” que sacudieron a Europa oriental y llegaron a las calles de Moscú en 2011. Putin también denuncia regularmente a la Otán. Con frecuencia estos enemigos extranjeros suelen ser presentados como aliados de la oposición doméstica. Por ejemplo, el presidente de Turquía ha explicado que el fallido golpe de Estado en su contra el año pasado fue una conspiración orquestada por Fetulá Gülen, un clérigo musulmán radicado en Estados Unidos que tiene una amplia base de seguidores en Turquía. Según Erdogan, el golpe también contó con el apoyo de militares estadounidenses. Cuando a los populistas las cosas en casa les comienzan a ir mal suelen provocar conflictos internacionales que sirvan de distracción.”
El autor de esta nota no cree que haya guerra con Venezuela.
Sin embargo, con un demente como Maduro,
cuya ignorancia no tiene límites, todo puede ocurrir
Para Mario Vargas Llosa, "El populismo es una enfermedad de la democracia. Nace dentro de la democracia, es un fenómeno escurridizo que a veces adopta características de movimiento de extrema izquierda y a veces de extrema derecha", señaló. Vargas Llosa mencionó en varias ocasiones el ejemplo de la Venezuela chavista como paradigma de los peligros del populismo: "Uno de los países potencialmente más ricos del mundo es hoy un país que muere literalmente de hambre".
El autor de esta nota no cree que haya guerra con Venezuela. Sin embargo, con un demente como Maduro, cuya ignorancia no tiene límites, todo puede ocurrir. Prudentes las declaraciones de Martha Lucía Ramírez: “Nosotros no caeremos en provocaciones de ningún dictador. No hay que atender a esta amenaza de la dictadura en Venezuela, pues sería una insensatez pensar que pudiera ser real; sin embargo, no bajaremos la guardia. Nuestro país no es, no ha sido, ni será jamás un país agresor.”