Sin que los militantes del Centro Democrático lo logren explicar, la presidenta Nubia Stella Martínez contrató a la agencia de publicidad y marketing Latir para la operación logística de los eventos del partido que incluyen foros de precandidatos presidenciales o la masiva Convención Nacional de Juventudes del Centro Democrático de Antioquia este fin de semana en la que el expresidente Uribe volvió a las tarimas.
La molestia en el uribismo por la decisión tiene sus razones. La agencia Latir, antes conocida como Sistole, es de propiedad de Ricardo Leyva, quien hizo su nombre como operador logístico bajo el ala del gobierno de Juan Manuel Santos. Sistole tuvo entre sus socios a Felipe Santos, hermano menor del expresidente, y fue la encargada de organizar un evento tan clave como el de la firma del acuerdo paz en Cartagena en septiembre de 2016, que tuvo vuelo internacional. Leyva se encargó de la planificación y ejecución operativa a través del contrato 181 de 2016 por valor de $4.500 millones. Este no fue el unico contrato de Sistole en el marco de las negociaciones de paz del gobierno Santos con las Farc, y alcanzó a firmar otros que superaban los $4.000 millones en promoción y publicidad de la negociación.
Los roces dentro del Centro Demcrático aumentaron al final de esta semana cuando se supo que Nubia Stella Martínez tenía todo listo para entregar un contrato por $1.000 millones a la agencia digital Taraira Publicidad, también vinculada a Latir y Ricardo Leyva. Pesos pesados dentro del partido hicieron sentir su desacuerdo, ya que se trata de un contrato flash para ser ejecutado en tan solo dos meses, del cual solo un 10% aproximadamente estaba destinado para publicidad digital, el resto era para pagos de nómina y operación. Además, la agencia digital tendría acceso a la base de datos del partido, una información que dentro del partido no quieren que caiga en manos de alguien que ha sido cercano a Santos. La presión llevó a que la presidenta dejara al menos este contrato en pausa. No es fácil de entender la selección, precisamente, de Ricardo Leyva, quien estaba en el corazón estratégico de las comunicaciones de Santos para manejar lo mismo en el partido de su rival mayor, el expresidente Uribe.
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